Cómo buscar información

Para buscar temas de programas anteriores usá la columna de la derecha dentro de la sección Etiquetas hacé clik en Temáticas tratadas en cada programa.

martes, 8 de febrero de 2011

Un matrimonio estable es bueno para la salud

divorciarse o enviudar dejan consecuencias duraderas, según un estudio de la asociación sociológica estadounidense.

View image detail

El matrimonio estable y de larga duración puede ser bueno para la salud, pero divorciarse o enviudar dejan una cicatriz perdurable en las personas de edad mediana o mayores, según un estudio que publicará la revista Journal of Health and Social Behavior.

El volverse a casar, aparentemente, reduce pero no quita totalmente el daño causado por la pérdida de un matrimonio -sea por divorcio o viudedad- y quienes permanecen solos después del fin de su matrimonio están menos sanos que los que vuelven a casarse, de acuerdo con esta publicación de la Asociación Sociológica Estadounidense . El artículo se publicará en la edición de setiembre, pero la asociación divulgó el informe hoy en Internet.

Solteros en desventaja...relativa. Según los investigadores, las personas que nunca se han casado tienen desventajas en algunos aspectos de salud comparados con los viudos o divorciados, pero están mejor en otros.

"Llegamos a la conclusión de que la pérdida de un matrimonio es un acontecimiento extremadamente estresante, y que un período de estrés elevado tiene un precio para la salud", dijo Linda Waite, coautora del estudio, profesora de sociología y directora del Centro sobre Envejecimiento en la Universidad de Chicago.

"Imagínese que la salud es dinero guardado en el banco", añadió. "El matrimonio es un mecanismo de ´ahorro´, de adición a la salud. Pero el divorcio es un período de gastos muy altos".

El estudio observó cuatro aspectos clave de la salud en la edad mediana: condiciones críticas, limitaciones de movilidad, percepción propia de la condición de salud, y síntomas de depresión.

Divorcio, impacto duradero. Waite y sus colegas encontraron que un trastorno significativo de la estabilidad marital, como el divorcio o la muerte del cónyuge, a menudo tiene un impacto prolongado que afecta negativamente a las cuatro áreas.

Los investigadores tomaron sus datos del Estudio de Salud y Jubilación, un análisis nacional longitudinal y representativo que observa a individuos mayores de 50 años.

Analizaron los datos de 8.652 personas blancas, negras e hispanas con edades entre 51 y 61 años.

"Si bien el refrán dice ´es mejor haber amado y perdido´, los divorcios múltiples crean prolongadas condiciones de estrés y socavan la capacidad personal de orientar la vida propia, y eso es mucho peor que no haberse casado", dijo Debbie Mandel, una especialista en manejo de estrés.

Quienes nunca se casaron mostraron una condición de salud mejor que la de las personas casadas con una historia de divorcio o pérdida del cónyuge.

Si bien los investigadores no encontraron diferencias en el número de condiciones crónicas en la comparación con personas que nunca se casaron y las que estaban casadas, sí hallaron un grado significativo de más síntomas depresivos, limitaciones de movilidad y peor percepción de la salud propia entre los que nunca se casaron.

familiasur.org

lunes, 7 de febrero de 2011

La mujer y la enseñanza de los valores en familia

 
La mujer en la actualidad, y en su mayoría, desempeña no solo el papel de madre o ama de casa, sino que tiene que proveer en muchos de los casos, el sustento económico, realizando múltiples actividades: estar con los hijos, preparar los alimentos, alistarlos para ir a la escuela, atender al esposo, educar, escuchar, amar, comprender y desenvolverse también profesionalmente.

Poco se habla del papel de la mujer como pilar de la familia, formadora de ideas y de valores, en realidad casi no se toma en cuenta esta labor de trascendental importancia, ya que es precisamente en el hogar donde el ser humano aprende.

Se dice que "detrás de un gran hombre hay una gran mujer". Esto es muy cierto, sí se pone uno a pensar en cuántos personajes que han determinado la historia de la humanidad han logrado sus objetivos gracias a una madre o a una esposa que los impulsó a actuar.
 
La mujer que decide formar una familia tiene una misión que la liga a la maternidad, y es, precisamente, la de la formación y educación de los hijos. La mujer en la familia, moldea, cincela, pule el alma, la inteligencia, la voluntad, las emociones, las virtudes, los sentimientos, los defectos de aquellos más próximos, más "suyos", constituyendo personas íntegras.

La mujer es madre en todas las dimensiones de su persona, no solamente en el plano biológico. Así que su misión materna no se reduce a gestar, dar a luz y alimentar a su hijo sino que consiste en «darle la vida» en el sentido humano y pleno, como corresponde al hijo en su condición de persona. De ahí que la madre es la educadora, la primera formadora del hijo y, por extensión, de toda la humanidad. La mujer realiza esta misión no en un nivel meramente intelectual, ofreciendo una serie de enseñanzas, normas, conocimientos a su hijo, sino que le da toda su ser para que el hijo llegue a ser persona en plenitud.

Todo lo que recibe el hijo, llega a imprimirse en su ser de forma indeleble. Aunque en etapas posteriores, el niño absorba ideas contrarias, tarde o temprano, sobre todo en su edad adulta, saldrá a la luz en sus reacciones y comportamientos lo que vivió en su primera infancia. Por eso se dice que quien educa a una familia tiene a su cargo la más importante de las tareas.

El trabajo de la mujer moderna no es nada fácil. Se necesitan mujeres comprometidas con su responsabilidad, preparadas para enfrentar los retos de su época y del mañana, decididas, capaces de tomar sus propias decisiones, valientes y dispuestas a pagar el precio para alcanzar sus metas; pero sobre todo, coherentes para que sepan trasmitir en las nuevas generaciones las ideas y los valores que les permitan crecer y llegar a ser unos adultos felices.

Cuando la mujer se da cuenta de que ella es dadora de vida, que es el corazón de la familia, que a la vez ésta es la célula de la sociedad, que para educar no basta con transmitir conocimientos, hablar de virtudes, sino que se debe, hoy más que nunca, atender la formación de la voluntad de los sentimientos, que esto se logra mediante el testimonio, la congruencia y el ejemplo.

familiasur.org

La comunicación en la pareja

¡ESCUCHAME, MI AMOR!
La comunicación es esencial en cualquier relación de pareja porque es a través de ella como podemos conocernos y comprendernos, y por tanto, amarnos. Conviene que nuestra pareja sepa lo que nos gusta, lo que pensamos y lo que sentimos para que tenga un mayor conocimiento de nosotros y pueda entendernos y ayudarnos cuando lo necesitemos. Para querer a una persona es necesario conocerla.
El matrimonio es un proyecto de dos personas que deciden compartir su vida. Para ello, necesitan compartir de forma incondicional todo lo que son y tienen, y eso exige una comunicación fluida entre ambos. Una comunicación para conocer y para que nos conozcan, basada fundamentalmente en el diálogo y necesaria para que la convivencia tenga sentido.
Elementos básicos para una buena comunicación:
Diálogo
Para mantener una comunicación efectiva tenemos que llegar a través de la palabra al entendimiento. El diálogo hace que las personas intercambien ideas, sentimientos y opiniones, profundizan en sus vidas y lleguen a un mayor acercamiento.
Para que la relación de pareja sea sólida, hemos de estar abiertos al diálogo y vivir con entusiasmo las cosas del otro, mostrando interés y preocupándonos por todo lo que le acontece.
Debemos procurar mantener una conversación entretenida, hablando con entusiasmo y transmitiendo nuestras pequeñas cosas diarias con la certeza de que al otro le interesa. Aunque en ocasiones nos sintamos cansados y con poca gana de conversar, debemos realizar un esfuerzo y dedicarle a nuestra pareja parte de nuestro tiempo a pesar de la desgana o del cansancio.
Con un diálogo eficaz evitaremos las incomprensiones y muchos problemas y haremos que nuestra pareja se sienta más feliz con nosotros. No hay nada más destructivo para una relación que la falta de conversación, aunque no tengamos ganas debemos hacer el esfuerzo y conversar a diario.
Saber escuchar
No basta con oír. Es necesario prestar atención y mostrar interés por lo que dice nuestra pareja. No podemos limitarnos a oír unas palabras, sino que tenemos que entender el mensaje de esas palabras. Tenemos que escuchar activamente entendiendo lo que nos dicen y demostrando con la mirada, muletillas o preguntas interés sobre el tema en cuestión.
Comunicar lo que sentimos
Hay a quien le cuesta expresar lo que piensa y siente, creemos que el otro debe saberlo y nos avergüenza expresar sentimientos, no tenemos en cuenta que para nuestra pareja puede ser una necesidad conocerlos. Tenemos que dejarnos conocer, de lo contrario no podremos llegar a una relación estrecha y comunicativa.
Debemos comunicar tanto los sentimientos positivos cómo los negativos. No podemos tener miedo a expresar nuestros sentimientos aunque sean negativos.
Si nos sentimos enfadados, tristes, malhumorados... no expresarlo contribuiría a un mayor malestar en nuestra relación porque no se resolvería el problema en cuestión e incluso podría dar lugar a malentendidos o a situaciones conflictivas.
Respeto
Palabras mal sonantes, insultos, descalificaciones, humillaciones, gestos groseros... forman parte de una comunicación ineficaz e irrespetuosa de la que tendríamos que prescindir siempre.
No podemos dejarnos llevar por el enfado o la ira y no controlar las emociones. El mensaje que transmitiríamos es negativo y jamás llegaríamos a un entendimiento. Podemos discutir pero siempre con respeto

familiasur.org
Dejanos un mensaje... - COPY
   
 

Para comunicarte con nosotros...

 
 


 
   
 
¡Gracias por escribirnos tus inquietudes o sugerencias para el programa!
 
   
   
Form View Counter

FormSpring Online Forms FormSpring Online Forms