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viernes, 21 de enero de 2011

La economía familiar: verdades y consejos

Vivir, convivir y sobrevivir
Que los bienes son siempre escasos es una realidad evidente. Que, por tanto, deben ser administrados es una consecuencia lógica. Que además es bueno que así sea es una afirmación que puede parecer excesiva o incluso algo “sádica” para quien esté carente de fe y de un cierto olfato histórico.
Desde la historia es fácil observar que las culturas opulentas han coincidido con los máximos niveles de degradación humana y han tenido un final triste y traumático.
Por ello, administrar bien los recursos escasos, además de una necesidad en la mayoría de las familias, es una medida saludable para la persona y la familia, aunque no tengan límites materiales al consumo. La sobriedad es siempre una virtud, y una virtud natural al ser humano sin la cual la persona no madura correctamente.
Es necesario que todo matrimonio, a la hora de enfocar las “reglas de juego” en la administración de los recursos familiares, atienda a esta realidad contemplando determinadas necesidades de la familia:
En primer lugar, la familia, como cada persona y cada grupo, tiene que estar atenta a las necesidades presentes. Necesita comer, vestirse, educarse, pagar impuestos, cambiar la lavadora, etc. Creemos que la administración de los recursos necesarios a este fin requiere de la visión a corto plazo, maniobrabilidad, atención a los detalles y sensibilidad por el dinero.
En segundo lugar, la familia tiene que reservar parte de sus recursos para obtener una cierta seguridad en el futuro y para permitir grandes “inversiones”.
Escasos pero suficientes
Todos estaríamos dispuestos a afirmar que la administración correcta de los bienes es una faceta de los procesos educativos.
Algunos, además, caemos en la cuenta de que esta faceta de la educación no es sólo una más, sino que se erige en un buen campo de aplicación de otros aspectos más importantes en los procesos socializadores y educadores.
Un correcto planteamiento en este campo puede convertirse en catalizador de virtudes tan importantes como la generosidad, la sobriedad y la prudencia. Además es un magnífico “banco de pruebas” del ejercicio del binomio libertad-responsabilidad, que es, en definitiva, el fin instrumental de toda educación. Para que esto sea así hay que tener en cuenta los siguientes principios:
1. A los niños, a partir de cierta edad (no mucho más tarde de los ocho años), hay, que empezar a enseñarles a administrar dinero.
2. Hay que explicarles desde un principio que ese dinero tiene una triple finalidad: vivir, convivir y ahorrar.
Al principio es necesario «exigir» el ejercicio de la generosidad con los hermanos y el ahorro. Es bueno enseñarles que dediquen aproximadamente un tercio para cada cosa.
Con el tiempo el niño se lo va autoexigiendo. A determinadas edades (18-20 años) una forma de responsabilizarle consiste en encargarle de “la paga” de un hermano pequeño.
• “La paga” debe ser escasa pero suficiente, para fomentar la sobriedad y hacer del ahorro y la generosidad algo costoso.
Los padres deben «hacerse cargo», ya que lo que para ellos es una minucia, para su hijo pequeño puede ser excesivo dinero.

• Para educar en la planificación y la responsabilidad hay que evitar “extrapagas” o dar dinero al niño “a la carta”, es decir cuando lo pide para un fin concreto.
No se debe dar al niño dinero para salir hoy, o para el cine, sino darle puntualmente (normalmente cada semana) una cantidad para él.

• Los padres deben hacer un esfuerzo en tomar la iniciativa, acordarse de darlo cuando corresponde y sólo en ese momento. Esperar a que el niño lo pida es acostumbrarle a vivir bajo el lema “quien no llora no mama”.

• Por supuesto sólo uno de los padres da el dinero y el niño sabe desde un principio que no puede esperar nada del otro.
El matrimonio cara a los hijos debe ser un bloque indisoluble que actúa como tal, y no como “papá por un lado y mamá por el otro”. Lo contrario priva al niño de uno de sus bienes más preciados, la seguridad. Además se le acostumbra a manipular a sus padres para sacar provecho e intentar “tomar el pelo” a los dos.

• Ni se premia con dinero, ni se paga a los hijos. Cuando conviene premiar por algo, se hace a posteriori y mediante regalos, nunca con promesa-chantaje y con dinero.
Los servicios al padre y a la madre, o a la familia en general tampoco deben ser recompensados individualmente. Pagar al niño por regar el jardín, recoger la mesa o hacer la compra supone, por un lado, hacerle que se sienta alejado de las responsabilidades familiares y, por otro, enseñarle a actuar por razones egoístas. Los premios se hacen a destiempo, de forma gratuita, porque a papá y mamá les ha apetecido hoy hacerme un regalo.
De igual modo, cabría decir que la educación de un niño y la felicidad de una familia está fundamentalmente en la sensación de seguridad que sean capaces de proyectar los padres. Esa seguridad se consigue por la triple vía de tener un proyecto familiar y educativo, aunque sea equivocado, evitar la esquizofrenia entre valores transmitidos y valores vividos y finalmente, huir de la más mínima fuga al exterior de los problemas o desacuerdos matrimoniales.
Los requisitos primero y tercero sólo pueden apoyarse en dos actitudes básicas entre marido y mujer:
1. Máxima comunicación constructiva entre ellos. Decimos constructiva porque no es cierto que de “la discusión salga la luz”; de la discusión sólo sale el amor propio, la actitud defensiva y la ofensa.
Comunicación constructiva al final consiste en la encarnación de esas reglas de juego, ese reparto de papeles y ese diseño programático para un proyecto compartido: la familia.

2. Disciplina personal para no saltar a destiempo, bien delante de los hijos o ante extraños. En la trastienda se discute lo que se quiera, pero en el escenario uno dice y el otro, aunque le repugne, en ese caso concreto, tiene la misión de apoyar, de cubrir al que está actuando, por el bien de los hijos y por el bien del matrimonio.
Si los hijos necesitan tanto de seguridad como de la comida, los padres necesitan sentirse apoyados sin que en el exterior se vea su intimidad, su imagen o sus errores.

*Polaino, A. y Carreño, P. A. (1992). Matrimonio, economía y educación. En Polaino, A. y Carreño, P. A., " Familia: locura y sensatez ", (pp. 127-134). Madrid: Editorial AC.
Aquilino Polaino. Psiquiatra, vivirenfamilia.net, 2005,07-12 

familiasur.org

Homeschooling o Educación en casa

Por María Varela
Si bien es una práctica que se remonta en la antigüedad a las familias nobles que educaban a sus hijos con institutrices, en la actualidad, y por diversas razones, como la pandemia de gripe N1H1 que afectó a gran parte de los países del mundo, se comienza a escuchar el nombre de Educación en Casa o Homeschooling. Una alternativa para las familias que no pueden o no quieren que sus hijos ingresen al sistema educativo convencional e institucionalizado.
La educación en casa, es conocida bajo diversas acepciones como: educar en el hogar,  educación doméstica, escuela en casa, todas provienen del término inglés Homeschooling, creado por el educador americano John Holt en 1977, en su revista Growing Without Scooling.
Se trata de un sistema educativo no convencional  que enfoca la escolaridad desde una perspectiva hogareña.
Aquí son mayormente los padres o tutores los encargados de diseñar los planes de estudio de sus hijos, así como proveer las herramientas pedagógicas para ellos.  Las principales herramientas utilizadas en este sistema son bibliotecas públicas e Internet.
Quienes eligen esta metodología de enseñanza, argumentan diversas razones: desacuerdo con la filosofía educativa de las escuelas, libertad de horarios para la enseñanza, flexibilidad curricular en relación a los intereses personales de los padres o tutores. También es la opción de familias nómades o alojadas en zonas aisladas, que no pueden tener acceso a la educación formal.
La educación en casa o Homescooling  también parece ser una opción viable  para casos específicos como los trastornos TDA-HADH, más  conocido como atención dispersa e hiperactividad. En estos casos particulares, la educación convencional se hace dificultosa y requiere de una atención personalizada y trabajo interdisciplinario, adaptado a cada caso particular.
Marco legal en Argentina y el mundo
La práctica de Homescooling o Educación en Casa, no tiene un marco legal definido en muchos países. En Estados Unidos  por ejemplo es totalmente legal, de hecho, en la actualidad más de un millón de niños son escolarizados en sus hogares y según estadísticas, es una tendencia en pleno crecimiento.
En cambio, países como Alemania estas prácticas son penadas.
Actualmente Argentina no cuenta con un marco legal específico con respecto  a este tipo de educación. Por lo tanto, se realiza aún sin normativa alguna.
Los padres que elijen esta opción se amparan en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la Declaración de los Derechos del Niño y por la Ley Federal de Educación.
Los educadores “domésticos” en Argentina, consideran otras razones que tienen bases regionales, por ejemplo, el temor a la violencia escolar, las condiciones edilicias deficientes de muchas instituciones educativas, los paros docentes y no docentes que modifican los calendarios oficiales.
En Argentina, se ha creado un grupo de Educación Personalizada,  a cargo de Julio Archet, que funciona como vía de  contacto entre padres, que se brindan apoyo e intercambian ideas e información.
Las objeciones
Si bien se ha demostrado que en muchos casos, sobre todo en Estados Unidos, los niños escolarizados en sus hogares han presentado niveles superiores a los escolarizados en escuelas públicas o privadas.
Se plantea una polémica acerca de la socialización de los niños bajo el sistema de educación hogareña.  El escaso contacto con los pares y superiores, es considerado como un obstáculo para  socialización.
En la Argentina, la licenciada en educación Myriam Feldfeber cuestiona fuertemente este modelo educativo. Según ella, quienes apoyan la educación en el hogar no creen en la posibilidad de aprender con otros, de confrontar ideas, de enfrentar lo diferente. “Tienen una perspectiva individualista, en la que cada uno se arregla como puede”.

Ante esta forma de educación recientemente popularizada, queda abierto el debate acerca de cuál es la mejor educación para los niños en edad de escolarización. Y será, en cada caso,  decisión de la familia elegir qué tipo de educación considera que es la mejor para sus hijos.
El debate queda abierto…

Autor: María Varela para Familia Sur Argentina

La Familia: su rol en la política y economía

*Prof. Michel Schooyans
Junto al tema del valor del hombre, la reflexión sobre su sociabilidad ha sido extensamente desarrollada por la filosofía contemporánea. Lo que constituye la comunidad humana es el hecho de que todos tenemos la asombrosa capacidad de ser autores unos de los otros. Ser autor significa que tenemos algo que aportar a los demás, algo que les enriquecerá y les hará crecer como personas –y al mismo tiempo, que todos tenemos una parte de nuestro ser que debe ser recibida de otros-.
Fijemos de nuevo nuestra atención sobre un caso concreto: la familia. Se trata de un valor específico en el que la sociabilidad humana se realiza de modo ejemplar. En efecto, es en la sociedad civil, y primordialmente en la familia, donde se forman las virtudes cívicas, las “costumbres” (moeurs según Tocqueville).
En una de sus obras más conocidas1, el economista Gary Becker muestra que la familia es el lugar primordial donde se forma el capital humano. Este tema ha sido objeto de un conjunto de estudios económicos que le valieron el Premio Nobel de Economía en 1992. También puso de relieve el papel fundamental de la madre en la formación de la personalidad del niño. Es, en efecto, en la familia donde el niño adquiere los conocimientos y virtudes que serán altamente apreciados en la sociedad: sentido del servicio, solidaridad, puntualidad, iniciativa, etc. Evidentemente, no se trataría de ver a la familia como un simple medio para la prosperidad económica. Debe rechazarse toda visión del capital humano que sea puramente utilitarista o reductora de la familia, para separarla claramente de lo que en realidad le otorga un valor incomparable.
Las conclusiones de Becker han sido confirmadas de modo completamente inesperado por una encuesta llevada a cabo por otro investigador francés. En un estudio sobre “lo adquirido y lo innato”, Michel Duyme mostró que la influencia de la familia de acogida, es determinante para el coeficiente intelectual de los niños adoptados2.
Paradójicamente, es estudiando la crisis actual de la familia cuando nos damos cuenta de su valor. Otro autor francés, Claude Martin, ha analizado recientemente lo que llama el “post-divorcio” (“l’après-divorce”) y el papel de la familia ante el riesgo de exclusión3. Martin constata que la familia se percibe como una riqueza, un “capital social”, una protección cercana, un lugar de solidaridad, e incluso un “lugar de supervivencia” –ante las carencias del Estado del Bienestar-. Precisamente, por un efecto boomerang, el Estado, queriendo ensalzar al individuo, fracasa en su acción contra la marginación, incluso incrementando él mismo los riesgos, al minar la institución familiar.
La familia es capaz de enfrentarse a problemas sociales que el Estado resuelve cada vez menos: rechazo, falta de inserción, exclusión, etc. A fuerza de reclamar al Derecho positivo que exalte los “nuevos derechos” individuales en detrimento de la institución familiar, es inevitable caer en una sociedad no solidaria, donde reine la anarquía, ganen los más fuertes, y se dé la exclusión de los más débiles.
De ello se deduce una conclusión incontestable: la familia es la célula de base de toda sociedad democrática en la medida en que en ella se conjugan la igualdad y la solidaridad. De ahí que los poderes públicos deban promover el valor de la familia, no sólo porque es un bien para los miembros que la componen, sino porque es un bien para la comunidad política y económica.
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NOTAS
Este texto ha sido extraído del artículo Democratie et Valeurs. Quelle stratégie dans une société pluraliste?, publicado en la página http://perso.infonie.fr/le.feu/
Michel Schooyans: autor de numerosos libros sobre temas de familia, organismos internacionales y demografía además es profesor Emérito de la Universidad de Lovaina, Bélgica.

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1. A Treatise on the Family, Cambridge MA, Harvard University Press, 1993 (1ª ed. 1981).
2. Le Monde del 1 de agosto de 1999.
3. Cf. Claude MARTIN, L'après divorce. Lien familial et vulnérabilité, Presses Universitaires de Rennes, 1997.


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Vacaciones en familia...¿ cómo las organizamos?

 

Ante un viaje familiar debes tener en cuenta múltiples situaciones. Para evitar tensiones y contratiempos, considera estos consejos, realiza una buena planificación y disfruta lo placentero que puede ser compartir un viaje con quienes más quieres...
1
Determina cuál será el destino en función de las preferencias familiares. Acuerda el destino del viaje con todos los integrantes y plantéalo en función de las edades e intereses tanto de los niños como de los adultos. Entiende que las vacaciones son para todos y que tanto los pequeños como los mayores, compartirán algunas experiencias y deberán tener la oportunidad de disfrutar de actividades relativas a su edad y preferencias. Destinos como la playa o el campo suelen ser la mejor opción.
2
Planifica con tiempo. Al planificar las vacaciones para toda la familia, organízate con tiempo para evitar inconvenientes de último momento. El proyecto es de todos, por lo tanto todos los integrantes deberán participar en la planificación. Prueba con reuniones familiares en las cuales se asignen tareas a cumplir y promueve la participación para que, gracias a todos, sean unas vacaciones inolvidables.
3
Fomenta una actitud positiva y solidaria. Siempre, pero más aún durante las vacaciones, los padres deben fomentar una actitud solidaria dentro del grupo familiar. De este modo todos podrán disfrutar. Reparte las tareas de modo equitativo pero no te preocupes en exceso ante posibles conflictos de convivencia, las vacaciones son para disfrutarlas. No intentes en una semana educar y enseñar a tus hijos si no lo has hecho durante todo el año.
4
Lista aquellos artículos que no debes olvidar. Ten en cuenta que al empacar existen ciertos elementos que son indispensables. Si bien mientras más pequeños son los niños, más cosas habrá que llevar, procura que sólo transporten aquello que vayan a usar y lleva sus juguetes favoritos, no una juguetería. No olvides llevar un botiquín médico, los teléfonos del pediatra, los datos del seguro médico y la documentación personal.
5
Elige el alojamiento adecuado. Si bien el hospedaje que renten dependerá del presupuesto con el que cuenten para tal fin, deberá ser un lugar adecuado para una estadía familiar. Opta por departamentos, casas o lugares en donde puedas cocinar, y procura que la cantidad de habitaciones, baños y espacios comunes sea acorde al número de miembros de tu familia.
6
Aprovecha las vacaciones para estimular la comunicación familiar. Las vacaciones son una gran oportunidad para compartir y fortalecer los vínculos familiares. Realiza actividades comunes y fomenta los momentos de ocio. La no sujeción a horarios ni obligaciones, proporcionará un ambiente distendido que favorecerá el diálogo.
Importante
 Procura que cada miembro disfrute de lo que más le gusta hacer encontrando su propio espacio de relax y que el conjunto pueda disfrutar de actividades compartidas.

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lunes, 17 de enero de 2011

Tecnica de liberacion emocional EFT, parte 2

Tecnica de liberacion emocional

CONSTELACIONES FAMILIARES

Constelaciones familiares

Bert Hellinger nació en 1925 en Alemania, y creó las constelaciones familiares en los años 70 y 80. Veamos esta interesante terapia sanadora que tiene como fundamento la presencia del movimiento del alma.

“El corazón de aquel que ha comprendido que lo presente está en resonancia con lo pasado, tanto en lo bueno como en lo malo, late en sintonía con el mundo”. Bert Hellinger.

Las constelaciones familiares realizan una función de ordenamiento de la energía del sistema familiar. Así es como definiría esta técnica, reestablece el orden familiar a través del amor.

Se trata de que a través del inconsciente estamos ligados a nuestros padres, y ellos a los suyos, etc. Si algo falló en nuestros abuelos, la energía queda bloqueada y no fluye, con lo que nosotros la vivimos también aunque no seamos conscientes.

La constelación familiar actualiza los desequilibrios ocultos existentes en nuestro árbol genealógico. Por ejemplo, si hay algún miembro de la familia que está olvidado o apartado porque los demás niegan su existencia, todo el sistema familiar sufre una presión enorme a nivel inconsciente.

Las muertes inexplicables, las normas de la familia transgredidas, la homosexualidad rechazada, los miedos profundos, los acosos sexuales sufridos, etc. de nuestros progenitores se trasladan y se transmiten a los descendientes hasta que de alguna forma no se resuelvan aceptando su existencia.

Las constelaciones familiares identifican el conflicto y lo sacan a la luz, con la consiguiente sanación.

La base está en que la familia es una unidad en sí misma. Si el sistema familiar tiene alguna parte desequilibrada, todas las partes quedan afectadas. Es la fuerte sensación de pertenencia a un grupo al que no puedes fallar; haces lo que sea para que sobrevivir y seguir perteneciendo al grupo.

En otras palabras, la conciencia y la psique se transmite de generación en generación. Existe una conciencia de clan. La liberación de la persona pasa por el reconocimiento de sus lazos ancestrales.

Las constelaciones familiares tienen que ver con la casa 4 en Astrología —la casa que está más abajo de la carta natal, en el fondo—, la cual habla sobre nuestras raíces familiares, nuestra base afectiva, nuestro inconsciente profundo. También tiene que ver con la compleja casa 12.

Como dice Bert Hellinger “No somos individuos separados, en el fondo estamos unidos. Es, sin duda, en ese nivel donde se produce una comunicación de alma a alma… El alma sobrepasa al individuo por mucho”.

Es el amor el sanador de todo el movimiento que reestablece el orden familiar, el contacto de alma a alma.

Realización de una constelación familiar

Expongo las palabras del mismo Bert Hellinger, el cual explica cómo se lleva a cabo una constelación familiar.

“Es un trabajo de grupo. Trabajo en público, en una gran sala. El constelado, aquella persona que quiere resolver un problema, acepta subirse a un escenario y yo voy a escenificar, literalmente, su problema introduciendo a su alrededor distintos personajes que representarán los miembros de su familia. Normalmente, suelen ser los padres, hermanos y hermanas… y el propio paciente. Escoge, entre el público, a las pesonas que van a encarnar a sus seres mñas cercanos.

Evidentemente, estas personas no saben nada del paciente ni de su familia. Después de atribuir los papeles, el paciente coloca, en el escenario, a cada uno en el lugar que le parece más justo. La persona que representa a la madre, por ejemplo, se coloca frente a la que representa al hijo y ésta, a su vez, da la espalda a la hermana. El paciente determina la orientación de sus miradas, las distancias entre ellos y lo hace de manera intuitiva. Después, se coloca en un lugar apartado y observa en silencio.

A través de la constelación, es fácil verificar, tanto sensorial como emocionalmente, que las personas escogidas para encarnar a los miembros de la familia del paciente se sienten realmente como sus representados. No saben por qué, pero les afecta. A veces, adoptan incluso de forma intuitiva la voz, el vocabulario, los gestos y los tics de los representados. ¡Y se trata de personas a las que nunva han conocido!

La construcción de esta primera constelación refleja cómo el paciente percibe la situación. El lugar que ocupan los vectores, sus reacciones, todo permite discernir los problemas en directo. Entonces, la persona que conduce una constelación consigue fácilmente sentir cuál sería el paso siguiente que resultaría definitivo.”

Es importante señalar que lo que actúa realmente no es el terapeuta, sino la realidad emergente de la situación que se representa.

Constelaciones familiares y psicogenealogía

Anne Ancelin Schützenberger introdujo la psicogenealogía o dimensión transgeneracional hace más de 30 años por el síndrome del aniversario, y la popularizó en Francia.

“No somos tan libres como creemos, pero tenemos la posibilidad de conquistar nuestra libertad y de salir del destino familiar repetitivo de nuestra historia si comprendemos los complejos lazos que se han tejido en nuestra familia y descubrimos los dramas secretos, las palabras que nunca se dijeron y los duelos inacabados“.

Chantal Rialland es presidenta de la Asociación de psicoterapeutas en psicogenealogía. Transcribimos una de sus convicciones:

“El niño recibe los fantasmas de sus padres, pero también los de sus abuelos, tíos y tías. La familia proyectará en nosotros deseos corporales, sexuales, afectivos, intelectuales, etc.

Obviamente, esta proyección es totalmente insconsciente: de repente, el niño tiene que ser el encargado de recuperar los sueños perdidos, se le pide que triunfe donde otros han fracasado o que perpetúe los modelos estrella de la familia.”

www.sermasyo.es
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