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sábado, 20 de febrero de 2010
La actitud positva podría ayudar a prevenir enfermedades
Los científicos -que publican sus resultados en European Heart Journal, la revista de la Sociedad Europea de Cardiología- afirman que aunque el estudio es observacional y no muestra categóricamente que la felicidad es un factor protector, los resultados revelan que la actitud positiva de la gente podría ayudar a prevenir estas enfermedades.
"Necesitamos con urgencia ensayos clínicos rigurosos en esta área. Y si los ensayos apoyan nuestros resultados esto será sumamente importante para los médicos y sus pacientes" afirma la doctora Karina Davidson, quien dirigió el estudio en el Centro Médico de la Universidad de Columbia.
Al inicio del estudio de 10 años los científicos analizaron en los participantes una variedad de emociones que iban desde la hostilidad y ansiedad hasta la alegría, entusiasmo y satisfacción.
Se dio a los pacientes una escala de cinco puntos para que calificaran el nivel de sus emociones positivas.
Al final del estudio, unos 145 participantes habían desarrollado enfermedades del corazón, o sea menos de uno por cada 10 individuos.
Pero por cada aumento en la escala de la felicidad se vio una reducción de 22% en el riesgo de desarrollar estos trastornos.
Las emociones positivas, que los científicos describen como "afecto positivo", definen a las emociones placenteras como alegría, felicidad, entusiasmo y satisfacción.
"Estos sentimientos pueden ser temporales -dicen los autores- pero a menudo son estables y casi una característica del individuo, particularmente en la adultez".
"El afecto positivo es a menudo independiente del afecto negativo así que una persona que es por lo general feliz y satisfecha puede en ocasiones estar ansiosa, enojada o deprimida" agregan.
Visión positiva
Los científicos creen que la gente más feliz tiene mejores patrones de sueño, menos posibilidades de sufrir estrés y es más capaz de superar las experiencias dolorosas, todos los cuales son factores que ejercen presión fisiológica en el organismo.
Tal como señala la doctora Davidson, a pesar de que es necesario confirmar los resultados, recomienda a la gente que trate de desarrollar una visión más positiva de la vida.
Según la investigadora, "algunas personas a menudo esperan a que lleguen sus dos semanas de vacaciones al año para divertirse" en lugar de divertirse cada día.
"Y esto es el equivalente a beber alcohol en ocasiones pero hasta el hartazgo. Lo que se necesita es moderación y consistencia, no privación y exceso" expresa.
"Si usted goza leyendo novelas pero nunca tiene tiempo de hacerlo, comprométase a leer 15 minutos diarios. Si caminar o escuchar música mejora su estado de ánimo introduzca esas actividades en su rutina".
"En esencia, pasar algunos minutos cada día verdaderamente relajado y disfrutando es ciertamente bueno para su salud mental y podría mejorar también su salud física" afirma la investigadora.
Éste no es el primer estudio que revela un posible vínculo entre la felicidad y la salud pero los expertos afirman que esta asociación quizás sólo tiene un valor limitado.
"Sabemos que mejorar el estado de ánimo no siempre es fácil para una persona, así que que no sabemos si es posible cambiar nuestros niveles naturales de actitud positiva" dice Ellen Mason, de la Fundación Británica del Corazón.
"Por supuesto recomendamos a la gente que "se consienta" y dedique tiempo a actividades sanas que puedan mejorar su estado de ánimo, pero también es muy importante que controle los factores de riesgo que ya han sido establecidos".
Éstos, dice la experta, incluyen mantenerse activo, comer sanamente, evitar el tabaco y reducir el colesterol y el riesgo de diabetes.
bbc.co.uk
viernes, 19 de febrero de 2010
Vuelve a empezar
aunque el triunfo te abandone;
aunque un error te lastime;
aunque un negocio se quiebre;
aunque una traición te hiera;
aunque una ilusión se apague;
aunque el dolor queme los ojos;
aunque ignoren tus esfuerzos;
aunque la ingratitud sea la paga;
aunque la incomprensión corte tu risa;
aunque todo parezca nada;
¡VUELVE A EMPEZAR!
"Vivir con Valor" de Enrique Chaij.
Los niños al cuidado de los abuelos todo el dia son más propensos a la obesidad
Catherine Law, del Instituto de Salud Infantil de Londres (Reino Unido), es directora de este nuevo trabajo que forma parte del conocido como Estudio Cohorte de Milenio. En él se que explora la salud de todos los niños británicos, de nueve meses a tres años, nacidos entre 2000 y 2001.
Según reconoce a ELMUNDO.es esta investigadora, "la principal conclusión es que los niños que son atendidos por los abuelos son más propensos a tener sobrepeso a los tres años que los que están criados por los padres, incluso aunque sea sólo por él o ella".
Esta especialista admite que no puede "ofrecer a los lectores las razones de este vínculo, pero es posible que los abuelos, para complacer a sus nietos, les den de comer más dulces o les dejen ver más televisión que los papás".
Su trabajo, publicado en el 'International Journal of Obesity', ha involucrado a un total de 12.000 pequeños. "Cerca de una cuarta parte de los estudiantes de preescolar [en el Reino Unido] tiene sobrepeso o está obeso", reza la investigación. "El cuidado de los menores influye en el peso... Pero existen muy pocos estudios que hayan analizado esta relación", agregan los investigadores.
Los investigadores realizaron encuestas a los padres sobre el tipo de cuidados recibidos por sus hijos y analizaron el peso de los participantes. Los datos mostraron que aquéllos que son cuidados a tiempo parcial por sus abuelos tienen un 15% más de riesgo de tener sobrepeso en comparación con los atendidos exclusivamente por sus progenitores. Y este riesgo se eleva hasta un 34% si la asistencia de los 'yayos' es a tiempo completo.
Promover hábitos saludables
"Sabemos que el cuidado de los abuelos es muy valorado por los padres. Nuestro trabajo sugiere que ellos pueden necesitar más información sobre cómo promover una alimentación saludable y la actividad física en los niños pequeños", recomienda la doctora Law.
Recuerda que, en general, en su estudio, como ha ocurrido en otros anteriores, los niños de nivel socioeconómico más bajo tienen asimismo mayores tasas de sobrepeso. Sin embargo, "hemos encontrado que también los hijos de familias más favorecidas que acuden a la guardería poseen más posibilidades de no estar en su peso que los cuidados en casa por los padres".
Por este motivo, el trabajo concluye que "las autoridades deberían apoyar más a los progenitores que trabajan y ofrecerles información sobre los riesgos del exceso de peso en función de los cuidados que reciban sus hijos", se recueda en el trabajo.
Además, y dado que la mayoría de los críos es asistido por los más mayores, "el anuncio del Gobierno de proporcionar créditos a los abuelos para el cuidado de sus nietos ofrece una gran oportunidad para promocionar hábitos de vida saludables", concluye el trabajo.
Valoración
Para Jaime Dalmau, coordinador del Comité de Nutrición de la Asociación Española de Pediatría, "este artículo, como todos los epidemiológicos, sirve para poner en alerta sobre un posible factor que puede contribuir al desarrollo de la obesidad. Como dicen los autores son 'sus' hallazgos, los cuales coinciden con algunos estudios, pero no con otros. Puede depender de factores socioculturales, diferentes en diferentes países".
Para este especialista de la Unidad de Nutrición y Metabolopatías del Hospital Infantil La Fe (Valencia), en un tema como la obesidad pediátrica, con tantos posibles factores etiológicos, "dar responsabilidad exclusiva a los abuelos de clase media-alta no es del todo correcto, pero sí un factor a tener en cuenta".
Por ello, y al igual que los autores del estudio, el doctor Dalmau defiende "la importancia de formar a los cuidadores, en este caso los abuelos".
PATRICIA MATEY
elmundo.es
miércoles, 17 de febrero de 2010
palabras buenas, palabras malas
Las malas palabras no son incorrecciones lingüísticas, aunque pueden ser incorrecciones sociales. Son parte de la lengua. No son hijos bastardos sino tan legítimos como las voces de léxico general, las expresiones coloquiales y los tecnicismos. Pero cada cosa tiene su lugar. Una mala palabra puede herir los oídos de un oyente o los ojos de un lector, y puede herirlos porque esos oídos y esos ojos están adaptados para ser heridos por ella. Eso es la convención. En la lengua todo es convencional, hasta las interjecciones, que tan espontáneas parecen. ¿Por qué cuando me doy un golpe y me duele grito ay? Porque aprendí que ay indica dolor. Si mi lengua fuera otra, lo expresaría con otra interjección. Y si el uso de una palabra me ofende, me ofende porque aprendí que usar esa palabra es ofensivo. Pero el que las malas palabras puedan ofender a los lectores no es la única razón para no emplearlas. Las palabrotas y los vulgarismos son joyas del lenguaje expresivo y, por el carácter del material que, en general, difunde la prensa, no tienen cabida en ella. Las palabras hay que cuidarlas porque se gastan con mucha facilidad. Si abusamos de ellas, rápidamente pierden su fuerza expresiva. Lo mismo ocurre con las voces del lenguaje familiar que, aunque a nadie ofenden, en un texto periodístico deben dosificarse para que no pierdan su valor afectivo y su expresividad.
Si un mismo objeto puede nombrarse con una voz del léxico general, una palabrota, un término coloquial y un tecnicismo, por algo será. Esas voces no son equivalentes porque la comunidad de hablantes ha convenido en destinarlas a situaciones diferentes. Los hablantes en general y los periodistas en particular tienen en claro que ciertas palabras son malas palabras y no tienen lugar en un texto informativo. Pero, lamentablemente, no siempre tienen claras las diferencias en los otros registros. Así, hoy es común que nos informen del resultado de un examen de ingreso hablando de los bochazos o de la ausencia de diputados en una sesión como faltazos. O que en la sección Arquitectura de un diario se lea que algo a la gente “le importa un pomo”. Esas no son malas palabras, pero dejan una triste impresión: la de la pobreza léxica de quien las escribió. Y sospecho que eso se debe a que los jóvenes leen poco y malo y adquieren su vocabulario sobre todo por vía oral. De esa manera, no conocen los diferentes registros y no distinguen niveles. Esos coloquialismos, usados sin saber que lo son, me duelen más que las palabrotas, que en determinados textos pueden ser necesarias. No hay razón para eliminarlas al citar a una persona que las pronunció en un momento de gran emotividad o con una intención especial. En esos casos, respetarlas es informar y, afortunadamente, los puntos suspensivos están pasando de moda.
martes, 16 de febrero de 2010
Cómo superar los celos en la pareja
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lunes, 15 de febrero de 2010
Los mejores jugadores de videojuegos tienen cerebro más grande
Va a ser porque siempre me han gustado los videojuegos que me encantan los estudios que intentan demostrar que jugar puede ser positivo para el desarrollo de las capacidades cognitivas (siempre en su justa medida). Ya existen varios experimentos que afirman las mejoras que se producen en la coordinación ojo - mano y la rapidez de procesamiento cognitivo derivadas del uso de los videojuegos.
En el presente estudio han encontrado que es posible predecir la futura habilidad de una persona con los videojuegos dependiendo de lo desarrolladas que tenga determinadas partes del cerebro.
El estudio se ha llevado acabo en colaboración con varias universidades estadounidenses, primero escaneaban los cerebros a los 39 participantes para después ponerles a jugar a un juego llamado "Space Fortress", un juego parecido al "Geometry Wars" de los tiempos de la Atari. Las resultados del estudio fueron que los participantes con un núcleo accumbens mayor aprendían a jugar antes que el resto, o lo que es lo mismo tenían facilidad para el aprendizaje, y que los que tenían el núcleo caudado y el putamen más grande jugaban mejor que el resto cuando había distracciones, es decir, tenían una mejor concentración.
Este hallazgo, plantea diversas cuestiones, hasta ahora se pensaba que "más grande" no significaba necesariamente "mejor", el estudio a desmentido que en todas las zonas del cerebro esto sea verdad.
yopsicologo.com
domingo, 14 de febrero de 2010
Pensamiento positivo
El aburrimiento puede ser fatal para la salud
LONDRES (AP) - Annie Britton y Martin Shipley, de la University College de Londres, advierten que el aburrimiento de por sí no mata, pero que podría ser síntoma de otros comportamientos riesgosos como beber, fumar, drogarse o padecer problemas sicológicos.
Los investigadores analizaron cuestionarios completados entre 1985 y 1988 por más de 7.500 empleados públicos londinenses de 35 a 55 años. Se les preguntó si se habían sentido aburridos en el trabajo durante el mes previo.
Britton y Shipley rastrearon cuántos de los participantes habían muerto para abril de 2009. Quienes reportaron mucho aburrimiento tenían dos veces y media mayor probabilidad de morir de un problema cardíaco que quienes dijeron no haberse aburrido.
Sin embargo, cuando los autores hicieron ajustes estadísticos para tomar en cuenta otros potenciales factores de riesgo, como niveles de actividad física, el efecto se redujo.
Otros expertos dijeron que, aunque la investigación era preliminar, el vínculo entre el aburrimiento y un aumento en los problemas cardíacos era posible, aunque no necesariamente directo.
"Alguien aburrido podría no tener motivación para comer bien, ejercitarse y llevar un estilo de vida saludable. Eso podría hacerlos más propensos a tener un episodio cardiovascular", opinó el doctor Christopher Cannon, profesor adjunto de medicina en la Universidad de Harvard y vocero del Colegio Estadounidense de Cardiología.
También agregó que si el aburrimiento estaba vinculado con depresión, no era raro que fuesen más susceptibles a los ataques cardíacos; desde hace tiempo se reconoce la depresión como factor de riesgo para las enfermedades del corazón. Cannon dijo que es posible que cuando uno está aburrido, libere hormonas peligrosas que fuerzan el corazón.
yahoo.com