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jueves, 11 de agosto de 2011

El papel de la familia en la educación

Mari Paz Quintero Fernández
Educación Infantil
A lo largo de estas líneas, vamos a conocer a esa otra parte fundamental del niño, parte que lo compone y conforma, que lo educa y dirige, la familia, definida básicamente como el conjunto de personas de una misma casa, especialmente, el padre, la madre y los hijos.
La socialización es el proceso mediante el cual, el individuo es absorbido por la cultura de una sociedad, aprendiendo las normas, valores... que priman en ella. Es un proceso que se da durante toda la vida, pero que se desarrolla especialmente en los primeros años.
Las tareas básicas de este proceso socializador podemos resumirlas en: a culturización (aprendizaje de pautas elementales de comportamiento), aprendizaje de roles, control de impulsos (de acuerdo con los valores establecidos), formación del autoconcepto y autoestima (en función de lo que los demás piensan)...
Pues bien, la familia es considerada como la primera y más importante institución socializadora. No es el único agente socializador, pero sí el más importante ya que es el primer agente, el que sirve de referencia al niño, se da una importante continuidad en dicha acción, además es el referente con mayor potencialidad afectiva en la vida del niño.
Los mecanismos que la familia emplea en dicho proceso socializador son:
- Sistema de Interacción: el niño incorpora valores, normas, sentimientos... a través de la interacción que realiza con la familia, conociendo las expectativas de sus distintos miembros.
- Relaciones Afectivas: en las que aparecerán conflictos (celos, envidias, frustraciones...) y cuyo modo de resolverlos ayudarán a la socialización.
- Modelo: la familia actúa como modelo, especialmente los padres, y el niño va incorporando a su personalidad aquellas pautas y conductas que percibe en los demás, principalmente en los más cercanos.
- Recompensas y Castigos: por medio de los cuales también se conforma el comportamiento de los hijos.
- Definición de situaciones y estatus sociales: por ejemplo en el contenido de un regalo (una muñeca) se suele subrayar una situación o estatus social (feminidad).
- Filtro: ya que es la familia quien decide cuándo se incorpora al sistema escolar, el tipo de escuela a la que asistirá, los programas de T.V. que verá...
Por otro lado, a la hora de aplicar estos mecanismos, la familia se puede encontrar con un dilema respecto al sistema de valores que predomina en la sociedad y los valores propios de su generación. Para enfrentarse a dicho dilema, existen tres formas posibles de respuesta:
1) Absentismo educativo: cuando los padres se sienten impotentes ante los nuevos cambios sociales.
2) Pseudomodernización: cuando sin alterar sus propios valores, siguen torpemente las modas.
3) Convertirse realmente: cuando se aceptan los nuevos valores.
Mari Paz Quintero Fernández
Revista Digital “Investigación y Educación”


familiasur.org

¿Qué entendemos por educación familiar?

Aguilar Ramos, M.C.
Sánchez Rivas, E.
En nuestras vivencias cotidianas, ¿qué entendemos por educación familiar?.
Vamos a basarnos en algunas escenas de la vida diaria para enmarcar este pequeño artículo que nos propone reflexionar sobre la educación que damos a nuestros hijos.
Estas viñetas, en clave de humor, muestran una situación de enseñanza y de aprendizaje entre padres e hijos.
El padre sirve de punto de referencia para la conducta del hijo, y, la madre se sirve de un estereotipo: "el hombre de provecho como opuesto de hombre vago", poniendo de manifiesto una teoría implícita, fruto de la imagen tradicional del hombre, reprochando la conducta del padre, al tiempo que lo desprecia.
En esta escena se reflejan tres ejes fundamentales para la educación de los hijos:
• Los puntos de referencia: Son guías, modelos que los hijos tienden a imitar. Se refieren también a normas, reglas, valores que van a fomentar actitudes positivas en los hijos.
• El ejemplo. De nada sirve lo que la madre diga al niño. El ejemplo viviente del padre, tiene una mayor fuerza. El ejemplo es importante, si queremos que el niño cambie de actitud o mejore una conducta, tiene que ver coherencia entre lo que los padres piensan, dicen y hacen.
• El amor promueve la acción educativa familiar, es el motor. El amor no es un dejar hacer. A veces, es también decir no. Los niños no saben distinguir lo que está bien de lo que está mal, lo que es peligroso de lo que no es, y es necesario hacérselo ver, pero dando lugar al razonamiento, al diálogo, a la comunicación

La inteligencia emocional en el contexto familiar

Lic. Verónica Gea Rodríguez
La personalidad se desarrolla a raíz del proceso de socialización, en la que el niño asimila las actitudes, valores y costumbres de la sociedad. Y serán los padres los encargados principalmente de contribuir en esta labor, a través de su amor y cuidados, de la figura de identificación que son para los niños (son agentes activos de socialización). Es decir, la vida familiar será la primera escuela de aprendizaje emocional.
Por otro lado, también van a influir en el mayor número de experiencias del niño, repercutiendo éstas en el desarrollo de su personalidad. De esta forma, al controlar la mayor parte de las experiencias de los niños, los padres contribuyen al desarrollo de la cognición social.
Partiendo del hecho de que vosotros, los padres, sois el principal modelo de imitación de vuestros hijos, lo ideal sería que vosotros, como padres, empecéis a entrenar y ejercitar vuestra Inteligencia Emocional para que vuestros hijos puedan adquirir esos hábitos.
La regla imperante en este sentido, tal y como dijeran M. J. Elías, S. B. Tobías y B. S. Friedlander (2000), es la siguiente: “Trate a sus hijos como le gustaría que les tratasen los demás”.
Si analizamos esta regla podemos obtener 5 principios:
• Sea consciente de sus propios sentimientos y de los de los demás.
• Muestre empatía y comprenda los puntos de vista de los demás
• Haga frente de forma positiva a los impulsos emocionales y de conducta y regúlelos.
• Plantéese objetivos positivos y trace planes para alcanzarlos
• Utilice las dotes sociales positivas a la hora de manejar sus relaciones
Observando estos principios, nos damos cuenta que nos encontramos delante de lo que son los cinco componentes básicos de la Inteligencia Emocional.
 • Autoconocimiento emocional.
• Reconocimiento de emociones ajenas
• Autocontrol emocional.
• Automotivación
• Relaciones interpersonales.
Lic. Verónica Gea Rodríguez Psicóloga Col. GR-04669 Granada 

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