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sábado, 27 de febrero de 2010

Estar de mal humor disminuye la visión


MADRID.- Acupuntura, higiene postural, ejercicio estructurado... Las personas que sufren dolor lumbar crónico pueden abrazar diferentes estrategias terapéuticas pero lo cierto es que a largo plazo ninguna ha demostrado una eficacia alta. Puede que la solución, según un trabajo publicado en 'The Lancet', esté en la consulta del psicoterapeuta.

La lumbalgia crónica es uno de los principales problemas de los sistemas sanitarios de los países desarrollados y una fuente de constantes pérdidas monetarias y en productividad. Es el tercer problema de salud que más discapacidad provoca y el sexto que más recursos financieros consume. A pesar de los esfuerzos por dar con un tratamiento eficaz para esta afección, los resultados hasta ahora son tibios.

El principal consejo que reciben las personas con dolor lumbar es que se mantengan físicamente activas. Además de esto y de las terapias farmacológicas, pueden recurrir a otros tratamientos, como la acupuntura o la higiene postural, que son medianamente eficaces en la reducción del dolor durante los primeros meses pero, a largo plazo, dejan de serlo.

Un grupo de expertos de la Universidad de Warwick (Coventry, Reino Unido) ha puesto a prueba una estrategia alternativa basada en la terapia cognitiva grupal. Más de 400 pacientes que sufrían de forma crónica este trastorno o durante al menos seis semanas antes del inicio del estudio recibieron los consejos típicos ante esta situación (medicación, ejercicio, etc.) y, además, acudieron a sesiones de terapia. Otros 200 sujetos disfrutaron sólo de las recomendaciones habituales.

Los autores evaluaron al inicio y al cabo de un año la situación de los participantes mediante dos cuestionarios que miden el grado de incapacidad y el dolor. Mientras que la puntuación de los pacientes acogidos al plan terapéutico habitual varió 1,1 puntos y un 5,4% en cada uno de los tests, los sujetos que acudieron a los grupos de terapia cognitiva mejoraron 2,4 puntos y un 13,8%.

Una buena alternativa pero con reparos

Esta nueva estrategia, apunta el artículo, mostró una eficacia similar durante los primeros cuatro meses a la de los tratamientos más comunes (acupuntura, ejercicios estructurados, etc.) pero sus resultados fueron mejores a largo plazo. Al ser preguntados, un 59% de los pacientes en terapia declaró sentirse curado frente al 31% de los controles.

Uno de los puntos fuertes de este tratamiento es su reducido coste –la mitad que los clásicos-, que "refuerza la idea de que se trata de una intervención clínicamente valiosa", indica el estudio. "La terapia es factible desde el punto de vista económico y de la práctica, pero no es la panacea", advierte un editorial que lo acompaña.

Su autor, Laxmaiah Manchikanti, director del Centro del Manejo del Dolor de Paducah (Kentucky, Estados Unidos), subraya varios puntos oscuros en la investigación británica, como la ausencia de información acerca de cuántos pacientes tenían dolor desde hacía menos de un año o de cuáles de ellos eran candidatos a la cirugía, datos importantes para valorar la gravedad de la afección.

Aunque reconoce que los datos del trabajo sugieren que podría ser útil como tratamiento para la lumbalgia en la asistencia primaria, recalca también que su implantación sería posible en aquellos países que cuentan con sistemas nacionales de salud pero no en otros como Estados Unidos o el Reino Unido, donde la asistencia es privada.

Tratamiento psicológico para la lumbalgia

MADRID.- Acupuntura, higiene postural, ejercicio estructurado... Las personas que sufren dolor lumbar crónico pueden abrazar diferentes estrategias terapéuticas pero lo cierto es que a largo plazo ninguna ha demostrado una eficacia alta. Puede que la solución, según un trabajo publicado en 'The Lancet', esté en la consulta del psicoterapeuta.

La lumbalgia crónica es uno de los principales problemas de los sistemas sanitarios de los países desarrollados y una fuente de constantes pérdidas monetarias y en productividad. Es el tercer problema de salud que más discapacidad provoca y el sexto que más recursos financieros consume. A pesar de los esfuerzos por dar con un tratamiento eficaz para esta afección, los resultados hasta ahora son tibios.

El principal consejo que reciben las personas con dolor lumbar es que se mantengan físicamente activas. Además de esto y de las terapias farmacológicas, pueden recurrir a otros tratamientos, como la acupuntura o la higiene postural, que son medianamente eficaces en la reducción del dolor durante los primeros meses pero, a largo plazo, dejan de serlo.

Un grupo de expertos de la Universidad de Warwick (Coventry, Reino Unido) ha puesto a prueba una estrategia alternativa basada en la terapia cognitiva grupal. Más de 400 pacientes que sufrían de forma crónica este trastorno o durante al menos seis semanas antes del inicio del estudio recibieron los consejos típicos ante esta situación (medicación, ejercicio, etc.) y, además, acudieron a sesiones de terapia. Otros 200 sujetos disfrutaron sólo de las recomendaciones habituales.

Los autores evaluaron al inicio y al cabo de un año la situación de los participantes mediante dos cuestionarios que miden el grado de incapacidad y el dolor. Mientras que la puntuación de los pacientes acogidos al plan terapéutico habitual varió 1,1 puntos y un 5,4% en cada uno de los tests, los sujetos que acudieron a los grupos de terapia cognitiva mejoraron 2,4 puntos y un 13,8%.

Una buena alternativa pero con reparos

Esta nueva estrategia, apunta el artículo, mostró una eficacia similar durante los primeros cuatro meses a la de los tratamientos más comunes (acupuntura, ejercicios estructurados, etc.) pero sus resultados fueron mejores a largo plazo. Al ser preguntados, un 59% de los pacientes en terapia declaró sentirse curado frente al 31% de los controles.

Uno de los puntos fuertes de este tratamiento es su reducido coste –la mitad que los clásicos-, que "refuerza la idea de que se trata de una intervención clínicamente valiosa", indica el estudio. "La terapia es factible desde el punto de vista económico y de la práctica, pero no es la panacea", advierte un editorial que lo acompaña.

Su autor, Laxmaiah Manchikanti, director del Centro del Manejo del Dolor de Paducah (Kentucky, Estados Unidos), subraya varios puntos oscuros en la investigación británica, como la ausencia de información acerca de cuántos pacientes tenían dolor desde hacía menos de un año o de cuáles de ellos eran candidatos a la cirugía, datos importantes para valorar la gravedad de la afección.

Aunque reconoce que los datos del trabajo sugieren que podría ser útil como tratamiento para la lumbalgia en la asistencia primaria, recalca también que su implantación sería posible en aquellos países que cuentan con sistemas nacionales de salud pero no en otros como Estados Unidos o el Reino Unido, donde la asistencia es privada.

elmundo.es

jueves, 25 de febrero de 2010

Jóvenes dispuestos a dar

Dentro de un sistema económico cuestionado por la falta de oportunidades e inundado de debates sociales y políticos sin soluciones palpables, ellos impulsan el cambio de manera desinteresada. Son jóvenes que trabajan por los demás desde diversos puntos del país y pugnan por enhaltecer los valores de la generosidad y la entrega desinteresada.

La Fundación Alma tiene como misión desarrollar servicios asistenciales destinados al diagnóstico y tratamiento pediátrico. Desde hace 30 años, mantiene y opera un tren hospital para chicos que recorre pueblos necesitados del norte del país, ofreciendo gratuitamente atención primaria de salud y prevención.

Sofía Boero, tucumana, tiene 25 años y es odontóloga. Como voluntaria de la fundación viajó con ellos para colaborar con niños y adolescentes de su provincia: "Nos dedicamos a brindar las herramientas necesarias para la prevención de las enfermedades bucales más frecuentes, las caries y la gingivitis. El fin de esta iniciativa es recuperar y preservar la salud de aquellos chicos que no cuentan con un servicio para eso. Es un proyecto maravilloso, que en lo personal llena el alma".

El tren realiza un viaje por mes de quince días y parte de la estación Retiro, en Buenos Aires, enganchado a los trenes cargueros, hacia pueblos norteños del país.

La rosarina Jimena Toscano, también odontóloga, de 25 años, realizó un viaje a Salta con el tren, donde aprendió a trabajar por un solo objetivo: dar lo mejor por los demás. "Esta experiencia me permitió evolucionar como ser humano y profesional. Nos enriquecimos mutuamente; mientras nosotros les brindábamos nuestra atención, ellos nos daban su afecto", compartió.

María Belén Delle Vedove, de 23 años, coincide con su colega en que la experiencia en Salta la ayudó a crecer en todo sentido: "El trabajo es de muchas horas y el calor, agobiante, pero uno lo hace con gusto y no resulta estresante. Para mí, fue una experiencia increíble e inigualable desde todos los aspectos".

La Fundación Ruta 40 también recorre caminos de nuestro país y lleva esperanza a quienes más la necesitan. Candelaria Cornejo, estudiante de Psicología de 23 años, participó en una de las cruzadas a Cachi Adentro, en la provincia de Salta. Junto con diez voluntarios se unió a la misión de la entidad, que apoya el desarrollo integral de escuelas próximas a la ruta nacional 40. "Me involucré -contó- porque iban a entregar regalos a una escuelita donde varios años atrás había estado misionando." En esa oportunidad, repartieron juguetes y golosinas a chicos de la Escuela El Nevado de ese rincón de la Argentina. "Este tipo de experiencias es lo mejor que se puede dar a los niños", según palabras de la directora.

Desde la educación

En nuestro país, universidades públicas y privadas incentivan la responsabilidad social de sus alumnos con acciones concretas y les brindan las herramientas necesarias para fusionar vocación y compromiso social. Como agentes de transformación en la mejora de las problemáticas sociales, los estudiantes no sólo aportan sus conocimientos, sino que también aprenden.

Gracias al Seminario Interdisciplinario para la Urgencia Social, dictado en el ultimo año de la carrera de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la Universidad de Buenos Aires (FADU), Romina Kamitz, de 23 años, hoy es parte de un proyecto que le permite aprender y, en forma simultanea, ayudar a quienes mas lo necesitan.

Junto con docentes y compañeras de estudio, refaccionará el comedor infantil La Casita del barrio Virreyes, en el partido de San Fernando. "Cada mediodía, el comedor alimenta a unos 120 niños y realiza actividades con ellos. Pero el espacio es escaso y las instalaciones están deterioradas; por eso, desarrollamos un proyecto para mejorarlo", explica Kamitz.

Desde hace años, los creadores de La Casita, Antonio Moreno y Gladys Lencina, trabajan mancomunadamente con padrinos, voluntarios y la Fundación Fortaleza, para mejorar la calidad de vida de muchos chicos carenciados. Hoy, la FADU se suma a ese propósito.

Otro caso modelo es el Concurso Diseño Solidario, organizado por la Tecnicatura de Diseño de Indumentaria de la Universidad de Belgrano, que nació de manos de su directora de carrera, Karina Fleider.

Se trata de un proyecto en el que las futuras profesionales diseñan y confeccionan prendas y accesorios para donar a mamás y bebes internados en el Hospital Materno Infantil Ramón Sardá. "Trabajamos junto con los alumnos en el fortalecimiento de sus responsabilidades solidarias y los guiamos en la concreción del producto final. Desde la Universidad, entendemos cuán importante es motivar a los estudiantes para que se comprometan en experiencias educativas solidarias con un fin específico, a través de un buen diseño que interprete las necesidades específicas de la sociedad", compartió Fleider.

Del programa participaron varias empresas y, a modo de incentivo, la Fundación Avon premió a las alumnas ganadoras. Jesica Levi, que obtuvo el primer puesto, fue reconocida por el diseño de un camisón, que sin perder el sentido de la estética fue pensando de manera funcional para aquellas madres que deben amamantar a sus bebes recién nacidos dentro de un servicio de neonatología. "Más allá del reconocimiento, la sensación de ofrecer una mayor calidad de vida a otras personas con mi propuesta no tiene precio. Es un orgullo impresionante. Y es el resultado de un largo proceso de trabajo en el que se involucró mucha gente", dijo la alumna al respecto.

Los casos de jóvenes solidarios están a la vista. En este país las posibilidades de colaborar son infinitas y, en almas que no entienden de egoísmos, las ganas se multiplican. El camino está trazado. De eso, no hay duda.

Por Soledad Avaca
Para LA NACION

Ayudar desde la profesión



Experiencias de personas que se hacen el tiempo para, a través de sus conocimientos, mejorar la calidad de vida de los más necesitados. Actualmente, el 28% de los voluntarios tienen estudios universitarios


Jorge Eiras, de 39 años, vestido con traje impecable, presenciaba apartado en su silla la entrega de diplomas del secundario a jóvenes en situación de vulnerabilidad, que logran recibirse gracias a los incentivos de la Fundación Reciduca, hasta que una voz lo sobresaltó.

"Quiero conseguir un trabajo", le dijo una niña de ojos negros que llevaba el diploma bajo el brazo.

A partir de ese día, Eiras, administrador de empresas de la Universidad de San Andrés, empezó a aplicar toda la capacitación de primer nivel que recibió durante sus años de formación para mejorar las posibilidades de inserción laboral de estos chicos que logran graduarse. Este trabajo lo llevó adelante desde la Red de Asesoría Empresarial Voluntaria de NESsT, que está integrada por 25 ejecutivos de alto rango de las distintas empresas, que donan su tiempo y su capital intelectual asesorando y aconsejando a las ONG que participan del Fondo Nido de NESsT. Estos profesionales ofrecen su capacidad para cambiar realidades con el firme convencimiento de que deben hacerse responsables de los otros.

"Colaborar en este proyecto me hace sentir bien, por eso trato de contagiar el entusiasmo a otros", dice Eiras, que desde muy pequeño absorbió la pasión por ayudar de su madre que fundó una ONG para ayudar a personas con discapacidad.

Su testimonio invita a otros profesionales a inclinarse por actividades solidarias, fenómeno que si bien está en aumento, todavía está lejos de ser popular. Según el informe El voluntariado en Argentina (2008) de TNS Gallup, sólo el 28% de los voluntarios en nuestro país tienen estudios universitarios.

En la medida que las personas estén más cualificadas van a tener mejores herramientas para realizar sus tareas solidarias. Estos profesionales brindan asistencia importante e incluso imprescindible "desde un bagaje de conocimientos y experiencia que permite que su aporte sea más efectivo, más oportuno, sin mitos ni miedos, y asegurándose de realizar su trabajo con la mayor objetividad posible", reflexiona Oscar García, profesor de Voluntariado en la Universidad de San Martín.

Organizaciones de la sociedad civil de todo el país movilizan una masa de recursos humanos, voluntarios y rentados, que alcanza a 1,8 millones de colaboradores, según el Indice de Desarrollo de la Sociedad Civil del Grupo de Análisis y Desarrollo Institucional y Social (Gadis). Entre 2000 y 2002 se pudo ver un gran incremento de voluntarios, producto de la crisis económica y social alcanzando un pico de 32% hacia fines de 2002. De allí en más, con la normalización de la situación, el trabajo voluntario disminuyó llegando al 19% en 2008, según datos de TNS Gallup. A pesar de esta tendencia decreciente, los expertos coinciden que hay más voluntarios profesionales que hace diez años.

Hacerse el tiempo

Los profesionales suelen tener sus agendas demasiado ocupadas, correr de un lugar a otro, ir de reunión en reunión y vivir con su oreja pegada al teléfono celular. A pesar de esto existen médicos, arquitectos, abogados e incluso otros profesionales de carreras no tradicionales que encuentran un hueco para brindarles su ayuda a las personas más necesitadas desde lo que saben.

Este es el caso de Gerardo Perazzo, que atiende sin pausa en el hospital Vélez Sarsfield a todos los pacientes que forman largas colas en un día sofocante de calor. Sin embargo, vestido con delantal blanco y con una sonrisa cálida, él atiende en sus horas de descanso a Patricia, que se acercó a la Red Solidaria de Profesionales de la Salud para recibir la atención que necesitaba.

"Mi primer contacto con esta red fue hace unos años cuando me encontraba anímica y psicológicamente mal. No podía comer, vivía un momento de mucho estrés por las sucesivas cirugías que había tenido en mi ojo derecho", dice Patricia con seriedad y agrega: "Gracias a la contención de los médicos pude volver a comer y me recuperé".

La Red Solidaria de Profesionales de la Salud es un grupo de 6200 voluntarios entre médicos, enfermeras y administrativos que canalizaron más de 195.000 consultas durante 2009. "Nuestro compromiso es atender gratuitamente a las personas sin recursos, pero de una manera integral, tanto física como psicológica y espiritualmente", dice Justo Carbajales, presidente de la organización. La propuesta comenzó en 1994 cuando cuatro médicos y una kinesióloga con un compromiso católico se pusieron de acuerdo para ayudar al prójimo.

"Hay un libro con la base de datos de todos los médicos de la red, y según el pedido específico de la persona se lo deriva con el especialista, en la región del país donde se encuentre", explica Carbajales. En general, las personas que se acercan son de muy bajos recursos que por diversos motivos no fueron bien atendidas en los hospitales públicos. Puede ser por la distancia, las dificultades con su obra social o porque no estaban evolucionando bien. Los médicos de la red atienden en sus propios consultorios o en las salas de los hospitales.

Un buen motor

En América latina, según los estudios del Centro para el Desarrollo Social de la Universidad de Washington en St Louis (2004) hay una intensa y creciente actividad de la sociedad civil que está apoyada en el voluntariado. "El voluntariado implica generar asociatividad, significa madurez cívica, y las organizaciones voluntarias tienen su pilar de apoyo en la confianza mutua entre sus integrantes", explica Bernardo Kliksberg en el libro que publicó junto a Amartya Sen, Primero la gente .

Así lo demuestran Agustín Algorta e Ignacio Pinto, dos jóvenes directores de la entidad Un techo Para Mi País convencidos de que el motor de su organización son los voluntarios. "Tenemos 500 personas solidarias fijas y después existe una órbita esporádica que está en el orden de los miles", relata Algorta.

"En la Universidad te forman de una manera más guiada y no tan enfocada en las necesidades del país. Yo soy ingeniero industrial y me educaron para salir a trabajar en una multinacional", comenta Pinto, que explica que a partir de su experiencia en Un Techo cambió su forma de pensar y ver el mundo, enfocándose desde el lugar del otro. "Buscamos comprometer a la juventud y formar líderes con vocación social. Que conozcan la realidad, y el día de mañana cuando tengan que tomar una decisión sepan elegir con conciencia", finaliza Pinto.

Otra lógica

Armado con un medidor de distancia láser, cámara de fotos, calculadora, lápices negros, carpeta y otros instrumentos de trabajo, Hernán Céspedes ingresa al barrio 22 de Enero de La Matanza dispuesto a mejorar las condiciones habitacionales de personas de escasos recursos. Sin embargo, su trabajo es más complicado ya que debe convencer, junto a otros seis arquitectos voluntarios de la ONG Hábitat para la Humanidad, que lo que él propone es lo mejor para las personas del barrio. Esto requiere otro conocimiento además del puramente técnico.

"Lo gratificante de ser voluntario viene después. Al principio las personas tienen miedo de lo que uno les está proponiendo, pero cuando ven que abren una canilla y sale agua caliente, y abren la otra y sale agua fría, sus rostros de felicidad y asombro lo dicen todo", sostiene Céspedes, con una mueca de satisfacción.

Los profesionales consultados coinciden en que hay cosas que se aprenden específicamente a partir de las tareas de voluntariado, y esto sucede porque su lógica es diferente a la rentada. "Para empezar, no reciben remuneración por la tarea; hay un cambio de contexto con respecto al lugar desde donde realizan la labor, y además, en las tareas de voluntariado se experimenta una horizontalidad en las relaciones humanas, que constituye un aprendizaje muy fuerte para los profesionales", explica García.

Céspedes cuenta que durante sus años de estudio soñaba con consagrarse construyendo grandes obras en Puerto Madero. "En Hábitat aprendí que los asentamientos en barrios humildes tienen el mismo nivel de complejidad que cualquier torre de esos lugares", reflexiona hoy Céspedes, a la vez que agrega que las ganas de ser voluntario surgieron a partir de ver tantas familias en la provincia de Buenos Aires que construían sus casas, gastando más plata y tiempo de lo necesario al no contar con la correcta asesoría técnica.

Un dato esperanzador en el afán de multiplicar la ayuda profesional es que es más frecuente el voluntariado en las personas que trabajan (17%) que en las que no trabajan (12%), según el mismo informe de TNS Gallup. Esto podría indicar que las personas que se desarrollan laboralmente sienten que tienen algo valioso para dar.

Así lo vive, Laura Palacio de Andrieu, psicóloga que realiza tareas de voluntariado en la Fundación Argentina para la Salud Mental (Fasam), además de trabajar en su consultorio particular, donde obtiene los ingresos para vivir. "En Fasam atendemos consultas por un bono contribución de 60 pesos. De todos modos, la tarifa depende de las posibilidades del paciente", dice Palacio de Andrieu. Por ejemplo, en la institución hay una paciente de escasos recursos que abona el precio de un boleto de colectivo e incluso una familia de panaderos que como no tiene con qué pagar, abona pan a cambio.

En Fasam son alrededor de 40 profesionales entre psicólogos y psiquiatras, que atendieron más de 400 casos en el último año por depresión y psicosis, entre otros. La mayoría de las personas que se atendieron no contaba con el dinero suficiente para pagar un profesional en otro lugar. "Además de aprender mucho, lo hago por una cuestión de solidaridad, cosa que me hace sentir muy bien", cuenta Palacio de Andrieu.

De la idea a la acción

Según el estudio de TNS Gallup existen cerca de 8 millones de argentinos que si bien no son voluntarios se muestran interesados en serlo. Quizá no encontraron todavía el tiempo, una temática que los movilice o una ONG que necesite de sus conocimientos. Pero sin duda son un caldo de cultivo interesante para todas las ONG que buscan perfeccionar sus tareas.

Facundo Garayoa es un ingeniero mecánico que formaba parte de ese universo, hasta que decidió convertir en realidad sus deseos y fundó el Fondo de Becas (Fon-Bec).

Esta entidad tiene como misión vincular a personas que buscan ayudar a otras y tiene presencia en ocho provincias. Con un procedimiento de padrinazgo individual, la organización implementa un sistema de becas para alumnos con alto rendimiento académico y voluntad de formarse, que a su vez tienen en riesgo la continuidad de su formación debido a problemas económicos. Hoy son más de 650 los jóvenes becados.

En este momento están en la búsqueda de una beca para el doctorado de Damián, uno de los primeros en recibirse de magister en Ciencias Químicas. "Y pensar que Damián estaba por dejar su carrera universitaria porque le faltaban 40 pesos para el colectivo", dice por lo bajo Garayoa.

Cerca de 115 son los voluntarios activos que trabajan en la fundación, esto representa el 97% de los recursos humanos de la entidad. "Entre ellos se destacan tres características fundamentales: constancia, compromiso y profesionalismo -sostiene Garayoa, que había tenido varias experiencias de tareas voluntarias previas-. Cuanta más trayectoria tenés en ayudar, más se despierta el compromiso de seguir."

Según García, el voluntariado es una relación beneficiosa para todos los involucrados. "Existe un doble juego: por un lado, el voluntario le aporta algo a la comunidad y, al mismo tiempo, se lleva nuevos conocimientos que de alguna forma resignifican su entrega y nutren su profesión", dice García.

Estas nuevas aptitudes académicas y emocionales son las que incorporan cada semana los 24 profesionales que ofrecen un servicio gratuito a las personas carentes de recursos en el consultorio del Colegio de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires. "Nosotros creemos que nuestra profesión requiere una preocupación por el acceso amplio a la justicia, y esto incluye a cualquier persona, independientemente de su capacidad económica", explica Enrique del Carril, presidente del Colegio.

El consultorio atendió a más de 600 personas que no contaban con el dinero necesario para costear las consultas en un estudio jurídico privado en 2009. "Desde su fundación en 1913 el Colegio de Abogados continúa con su compromiso de escuchar y asesorar las inquietudes más diversas, desde asuntos de familia, temas de propiedad hasta jubilatorios, entre otros", agrega del Carril.

En la mayoría de los casos, el problema se soluciona en la consulta. Pero en el 20% restante implica una defensa de un abogado que lo acompañe durante el proceso. Ahí, las personas son derivadas a la comisión de patrocinio del Colegio de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires, donde hay otro grupo de abogados que se ofrece a tomar estos casos sin ninguna forma de pago a cambio.

Actualmente funciona todos los días hábiles desde las 19, en Montevideo 640 (Capital Federal), donde siempre van a encontrar un abogado bien dispuesto.

Ofrecer un oficio

Un carnicero, un artista, un bicicletero, una veterinaria, un carpintero, y la lista continúa. Cualquier actividad humana o conocimiento puede ofrecerse a los demás de forma voluntaria. El único requisito es que tengan ganas de hacer algo por el otro.

A modo de ejemplo se puede mencionar a Marcela Fernández Bustelo, cineasta que se disfraza de payaso para documentar de forma voluntaria toda la obra de Payamédicos, ONG que reúne a un grupo de personas que contribuye a la salud emocional de los pacientes hospitalizados, utilizando recursos psicológicos y artísticos vinculados con el juego, la música, el teatro, la técnica de clown, la magia y el arte humorístico en general.

"El voluntariado más que un sentimiento es una elección de vida. Una actitud frente a las cosas", dice Fernández Bustelo.

A medida que el proyecto fue creciendo decidieron dictar talleres de Paya-documentalistas para que más personas pudieran documentar el trabajo de Payamédicos en otros hospitales.

No sólo hay personas interesadas en ayudar, sino que hay ONG esperando gente capacitada dispuesta a ofrecer su tiempo. La red global de idealistas.org, es un lugar hecho a medida para buscar oportunidades de voluntariado y también ofrecerse como voluntario. Hubo alrededor de 120 pedidos de voluntarios de parte de ONG, de los cuales casi el 30% exige profesionales. Entre los más buscados se encuentran traductores, diseñadores y comunicadores.

En un país como la Argentina donde se crea una ONG por día, según datos de la Inspección General de Justicia, y que tiene además un alto tejido asociativo (cantidad de ONG por habitantes), existe una gran necesidad de recursos voluntarios de calidad. "Estos datos son una prueba de que todavía hay mucho techo para crecer en cantidad de voluntarios", dice García. En este sentido, la Argentina aún está atrasada con respecto a otros países, como lo muestra la encuesta internacional de TNS Gallup que en términos de incidencia de voluntariado ubica a nuestro país en el puesto 46 de un total de 69 países.

"Muchas veces se critica al voluntariado porque se dedica a tareas asistenciales. Sin embargo, el voluntariado asistencial fue siempre necesario. Tanto en la crisis de 2001 como en los años posteriores, y también lo es en la actualidad. A pesar de las críticas, este tipo de voluntariado va a ser cada vez más fuerte", concluye García.

Todas las personas consultadas coincidieron en que el recuerdo de vivir una experiencia movilizadora de voluntariado, los impulsó a participar en otras iniciativas solidarias. En esta misma línea, el 91% de los voluntarios declaró estar muy o bastante satisfecho con las actividades realizadas, según TNS Gallup.

Para García, una buena manera de incentivar este tipo de actividades es la inclusión de prácticas solidarias en las escuelas medias y las universidades. De esta forma se sensibiliza a los jóvenes que en un futuro podrán ser profesionales voluntarios.

"Si la persona vivió lo que significa ser voluntario, sabe que eso siempre le va a hacer bien", dice García.

El desafío es que el voluntariado deje de ser una palabra de crucigrama, y que cada vez más profesionales se sumen a las organizaciones para mejorar la realidad social.

Por Teodelina Basavilbaso y Florencia Saguier
De la Fundación LA NACION

Consejos para pasar sin miedo de las vacaciones a la escuela


Los hermanos Cachaza se están preparando para empezar las clases. "Están con ansiedad y me preguntan todo el tiempo cuántos días faltan para empezar", dice Lorena Cortés, la madre.

"Nacho pasa a segundo grado y está como acelerado; tiene muchas ganas de ver a sus amiguitos. Además, para las vacaciones le mandaron un libro para leer, entonces quiere leerlo y saberlo bien para cuando le pregunte la maestra. Mateo, que comienza primer grado, está fascinado por empezar y usar la ropa, los útiles, la mochila grande, y Bauti, que va al jardín, quiere ver a la seño y se prueba el pintor", cuenta Lorena.

El domingo que viene, los chicos estarán más nerviosos que cualquier otro domingo; es probable que les cueste dormirse y que no paren de moverse. La vuelta a la escuela es un gran desafío que implica cambios de horarios y hábitos, y que lleva tiempo incorporar como rutina. Más aún, el inicio de clases hace que toda la familia viva un período de adaptación, que se transita mucho mejor con paciencia, compañía y contención por parte de los padres.

No se trata sólo de acomodar la mochila, la ropa y demás cosas para los días que vienen, sino de tomar en cuenta otros detalles que pueden ayudar a los padres a preparar a los hijos para el nuevo ciclo.

"En general, los niños añoran el reencuentro con los amigos y el poder estrenar sus nuevos útiles, uniformes y zapatos. Pero hay algunos niños que no reaccionan de este modo y ponen el acento en los límites de horarios, en el tener que producir y en la vida organizada que los cansa y en ocasiones los aburre", dijo Mariana Cardaci, psicóloga de la Sociedad Argentina de Terapia Familiar.

Todos los especialistas consultados por LA NACION coincidieron en que cada chico vive y expresa a su manera lo que la vuelta al colegio le provoca. "Hay niños que se comportan como si tuvieran menos edad, con enuresis nocturna, berrinches o rebeldías. En otros casos aparecen erupciones, fiebre u otro tipo de malestar físico. Cada niño y cada familia expresa de forma específica este conflicto personal", dijo el psicólogo Sebastián Seguí, del Centro Desplegar.

Con autonomía

El rol de los padres es fundamental para sostener el cambio, sobre todo para darles seguridad y ayudarlos a despegarse de ellos. Margarita Bonomo, psicopedagoga y terapeuta familiar, señaló que "el acompañamiento de los padres permite a los chicos lograr una buena autonomía hasta que se afianzan en la cotidianeidad de la escolaridad".

"Empezar con seguridad y confianza es un muy buen modo de inicio, por eso hay que acompañar a los niños y, más allá de comprar los útiles y el uniforme, armar juntos la mochila y repasar temas del año anterior", afirmó Cardaci.

Los profesionales también destacaron la importancia de anticipar a los chicos que los horarios y la rutina van a cambiar. "Se trata de explicarles en qué horarios van a estar juntos y en qué horarios no; si el chico va a ir al comedor. Con mucha paciencia, ir armando la estructura que va a sostenerse durante todo el año. Es importante mostrarles seguridad de que cuando los hijos vuelvan a la casa va a estar todo bien", señaló Bonomo.

Empezar primer grado produce un plus de movilización familiar. "Los chicos pasan de ser los mayores del jardín a los chiquitos de la primaria. Esto requiere toda una acomodación, que lleva un tiempo, así como adaptarse al ritmo escolar y al aprendizaje, porque se marcan pautas y límites, desde la hoja con renglón, hasta los recreos o llevar útiles. Hay niños a los que les resulta más fácil que a otros", dijo Bonomo.

Según la psicóloga infantil Norma Porter, es importante que los papás muestren a los hijos que están atentos a lo que necesitan y que los alienten. Además, es bueno hablarles sobre los valores, el sentido de responsabilidad y de la autoridad, explicarles que deben hacer caso a los maestros e incentivarlos a hacerse amigos de los compañeros.

Para que los chicos se vayan acomodando de a poco a los cambios, los especialistas aconsejan ir practicando desde días antes. "Esto implica acostarse y levantarse más temprano y comenzar a tener limitaciones en el horario del baño, de la televisión, la pileta o el juego. Comenzar por tener una semana de vacaciones más ordenadas en horarios, pero con la laxitud de estar de vacaciones todavía", sugirió Cardaci.

Cuando el rechazo hacia el inicio escolar está muy marcado en los chicos y se prolonga en el tiempo es importante hacer una consulta a un profesional.

Ana Falbo

Claves

  • Dedicar tiempo . Empezar las clases causa ansiedad, que se reduce si los padres se dedican a armar la mochila con los chicos, repasar temas del año anterior y anticipar rutinas y horarios.

  • Practicar . Acostarse y levantarse más temprano, limitar el horario permitido de televisión y juegos, y hablarles de las cosas nuevas que van a aprender en el año ayuda a acostumbrarse.
lanacion.com.ar

Con capacitación, reducen 30% la mortalidad en recién nacidos


Un programa que enseña a parteras, enfermeras, médicos y otros agentes sanitarios a brindar cuidados esenciales a los recién nacidos -como, por ejemplo, medidas básicas de reanimación pulmonar- ha demostrado que es capaz de reducir 30% la mortalidad. La puesta en práctica de este programa que demanda tan sólo de 3 a 4 días de capacitación en forma de taller podría evitar un millón de muertes perinatales al año. Del total, el 98% ocurre en países en desarrollo.

"Las principales causas de mortalidad perinatal en nuestro país son la asfixia y el bajo peso al nacer, y es por eso que queríamos averiguar si brindando un entrenamiento a médicos no especialistas en pediatría o neonatología, a parteras y agentes sanitarios de zonas rurales ayudábamos a reducir la mortalidad por estas causas", dijo a LA NACION el doctor Fernando Althabe, director del Departamento de Investigación en Salud de la Madre y el Niño, del Instituto de Efectividad Clínica y Sanitaria (IECS).

Althabe coordinó, junto con el doctor Edgardo Szyld, el estudio que, con el financiamiento de la Fundación Bill y Melinda Gates y el patrocinio del Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano de los Estados Unidos, comparó la efectividad de dos programas de entrenamiento en cuidados esenciales para recién nacidos en seis países (la Argentina, la República Democrática del Congo, Guatemala, la India, Paquistán y Zambia), lo que demandó el monitoreo de 120.000 nacimientos.

Las conclusiones del estudio, que acaban de ser publicadas en la revista The New England Journal of Medicine , muestran que el más sencillo y menos especializado de los dos -el de la OMS- es también el más efectivo para ser impartido entre el personal de salud que atiende partos fuera de hospitales que cuentan con infraestructura y personal especializado para la atención perinatal.

"En la Argentina, la mitad de los nacimientos se da fuera de las grandes ciudades -comentó el doctor Althabe, profesor adjunto de salud pública de la Universidad de Buenos Aires-, y de éstos aproximadamente la mitad no son atendidos rutinariamente por neonatólogos o médicos entrenados en técnicas de reanimación."

Es en estos centros de salud -en Corrientes y Santiago del Estero- donde fue realizada la parte local del estudio, dentro del cual se capacitó a 550 proveedores de salud.

Otra mirada sobre la vida

Los programas de entrenamiento evaluados por el estudio realizado por la Red Global de Investigación para la Salud de la Madre y el Niño fueron dos: el de la OMS -que incluye cuidados para mantener la temperatura del recién nacido, para evitar el riesgo de infecciones al cortar el cordón umbilical, la administración de vitaminas y la reanimación de los bebes con problemas de falta de oxígeno al momento del nacimiento-, y otro, más específico, desarrollado por la Academia Americana de Pediatría, de los Estados Unidos, que hace foco sólo en la resucitación neonatal.

La evaluación de ambos programas fue en dos etapas, relató Althabe. Primero, se tomaron 96 hospitales o comunidades rurales de los seis países mencionados, y se determinó cuáles eran las tasas de mortalidad; luego se impartió el programa de la OMS y se volvió a evaluar la mortalidad.

"Lo que se observó es una reducción de las muertes que ocurren alrededor del nacimiento, especialmente de la llamada mortalidad fetal [en la que la muerte ocurre antes del nacimiento], que bajó de 23 muertes por cada 1000 nacimientos a 16", comentó Althabe, y agregó: "Lo curioso es que el entrenamiento está dirigido a la atención de los chicos nacidos vivos, pero lo que se observó es que la reducción mayor en la tasa de mortalidad se dio entre los chicos que se considera que nacen muertos".

Althabe y sus colegas consideran que "al recibir el entrenamiento, los agentes de salud aprenden a reconocer como vivos a estos chicos que nacen en muy malas condiciones, cuando antes se asumía que estaban muertos, y tratan de reanimarlos".

La segunda etapa del estudio consistió en dividir al azar a los agentes de salud previamente entrenados en los cuidados básicos recomendados por la OMS en dos grupos: uno recibiría el curso de la Academia Americana de Pediatría (adaptado a la situación local por la Sociedad Argentina de Pediatría) al comienzo de esta segunda etapa, mientras que el otro sólo sería entrenado en estas técnicas una vez finalizado el estudio.

"El entrenamiento con el Programa de Resucitación Neonatal no redujo significativamente las tasas de mortalidad", escribieron los investigadores en The New England Journal of Medicine . "No es que no sea útil, pero este estudio realizado en comunidades esencialmente rurales o pequeñas mostró que no es mejor que recibir sólo el programa de entrenamiento de la OMS", concluyó Althabe.

98% de las muertes en recién nacidos se producen actualmente en los países en desarrollo.

1 millón de muertes perinatales podrían evitarse mediante la implementación del programa de entrenamiento en cuidados básicos desarrollado por la OMS.

4 días de capacitación insume el programa de entrenamiento de la OMS.

lanacion.com.ar

Cómo ahuyentar pensamientos negativos


MADRID.- Haga usted lo que haga y esté donde esté, siempre acaba pensando lo mismo. Ha dedicado al asunto, llamémosle X, el tiempo y la energía equivalentes a una tesis doctoral. Sólo que no ha logrado título alguno; tampoco ha conseguido avanzar ni emprender nada nuevo. Está atrapado. Los psicólogos se refieren a este estado con el término de pensamiento rumiante. Es tan gráfico que no requiere más explicaciones.

Cuando se está en modo rumiante, se lleva esa bola X -que cada vez se hace más grande- de un lado a otro, se amasa, se nutre con nuevas ideas, se pasa a otro lado de la cabeza, se rumia un poco más, y cuando se cree que al fin va a ser expulsada, nos la tragamos otra vez. Lo peor es que mientras se rumian asuntos del pasado o elucubraciones de futuro, el presente -lo único real- pasa veloz delante de nuestras narices.

El psicólogo Xavier Guix asegura en su libro Pensar no es gratis (Granica, 2009) que cavilar demasiado no resulta ni siquiera barato. Nos hace gastar tiempo y energía: una inversión que puede ser inteligente o desastrosa. ¿Qué se hace cuando una inversión es equivocada? Se liquida y se busca un plan B. ¿Por qué una solución que vemos tan clara en asuntos económicos se nos escapa en otros aspectos? ¿Por qué nos cuesta tanto pasar página y parar de dar vueltas? "Rumiamos para entender nuestras emociones y nuestra relación con los demás", explica Guix. "Somos seres narrativos y necesitamos contarnos las cosas para que tengan sentido", agrega.

Pero ¿cuál es el coste de rumiar?: en primer lugar, se gasta glucosa, el combustible del cerebro. Cuando alguien dice que está agotado de pensar, es literal. Además, estos pensamientos generan y despiertan distintos estados de ánimo. "Al pensar influimos en nuestra química cerebral, y los pensamientos no son neutros, porque están construidos con imágenes, sensaciones y voces que actúan como estímulos para nuestros estados internos. Es así como podemos alegrarnos o destrozarnos el día, a golpe de pensamientos", asegura Xavier.

Las mujeres rumian más, lo que las hace, en opinión del psiquiatra Jesús de la Gándara, más vulnerables a las crisis. También son más flexibles y rápidas buscando la salida de emergencia y la solución, apunta el experto. "El fenómeno tan femenino de darle mil vueltas a todo aumenta la permanencia de los problemas en la conciencia y causa fatiga emocional. Nos perturba más la opinión que tenemos sobre lo que nos pasa que el hecho en sí mismo", dice Gándara. Otros psicólogos señalan que el hábito de las amigas de reunirse y tener largas controversias y debates acerca de lo que les pasa es un refuerzo emocional de gran valor, pero echa más leña al fuego y no ayuda a olvidar. Cuanto más se nutre la obsesión, más fuerte se hace y más espacio ocupa en la mente.

"Lo curioso del pensamiento circular es que lo que hacemos para resolver el problema se acaba convirtiendo en el auténtico problema. Por ejemplo, si cada vez que estoy ´pillado´ busco refugio en los amigos, les lleno la cabeza con mis angustias y agoto sus energías, lo más normal es que me quede sin ellos. Lo que antes era una solución se ha convertido en un problema", aclara Guix. El objetivo es entonces parar de dar vueltas. ¿No se supone que el ser humano es una máquina de olvidar? Sin embargo, cuando se está en medio del mare mágnum no resulta fácil. "Una de las funciones de la mente, en concreto de la memoria, es ayudarnos a sobrevivir, a no repetir situaciones que en el pasado nos han hecho sufrir o nos han traumatizado", apunta Xavier Guix.

Pero como el hommo sapiens es también un animal contradictorio, usa el mismo mecanismo contra sí mismo y se queda demasiadas veces atrapado en lo que pasó o perplejo ante lo que pueda venir. Parar puede servir, entre otras cosas, para preguntarse: "¿Para qué estoy utilizando mi pasado?". "El pasado puede servir para justificarse, para crear una identidad o para ahondar en la adicción a determinados estados de ánimo a los que nos hemos acostumbrado", explica el psicólogo.

Salir del pensamiento rumiante requiere un esfuerzo. No va a ocurrir por casualidad. Si la persona se deja llevar, volverán los mismos pensamientos de siempre. La clave está, según Xavier Guix, en poner una distancia cada vez mayor entre el pensamiento y el pensador. "Si vivo identificado con lo que pienso y siento, no hay nada que hacer. A medida que somos capaces de observar el proceso de ida y venida de nuestros pensamientos nos damos cuenta de su fugacidad. Al poderlos observar, tenemos más capacidad para intervenir en ellos y decidir dónde ponemos la atención".

Las llamadas técnicas de parada de pensamiento no sólo existen, sino que, además, funcionan. Con dos condiciones: persistencia y disciplina. Se trata de una herramienta para interrumpir el diálogo negativo que las personas mantienen consigo mismas y que genera emociones desagradables. El primer paso es identificar el malestar, saber cuáles son los pensamientos o la secuencia de pensamientos "malditos". Algunos expertos recomiendan incluso que se verbalicen en voz alta. Se trata de identificar exactamente lo que hace daño y, entonces, buscar otra actividad para interrumpir esta cadena de pensamientos. Otros psicólogos recomiendan que se escoja "un estímulo de corte", es decir, un estímulo intenso que se pueda producir a voluntad y permita dejar de pensar (un ruido fuerte, una palmada, un "¡basta!"). La psiquiatra clínica Elena Borges invita a cambiarse físicamente de lugar, a irse a otra habitación, por ejemplo, o a iniciar una conversación con otra persona. "Hay que entrenar la atención y ser capaces de dirigirla hacia donde queremos, y no a la inversa", recomienda Guix.

Viajar con el piloto automático puede ser muy cómodo, pero deja a la persona en manos de sus hábitos mentales, y ya se sabe dónde puede llevarles esto. Estar haciendo mil cosas a la vez -la famosa multitarea- sin concentrarse demasiado en ninguna tampoco ayuda. La mente seguirá su chachareo habitual mientras no esté ocupada del todo.

Justamente en ocupar la cabeza a conciencia descansan las técnicas de la psicología moderna. Una de ellas es el mindfulness ("atención y conciencia plena del momento presente"): una teoría muy de moda repescada, cómo no, del budismo zen. Consiste, según explica Xavier Guix, en "estar en el presente y atento a la experiencia, pero sin precipitarnos en poner etiquetas". Es decir, concentrarse en los hechos, aceptarlos y no liarse a juzgar o a hacer interpretaciones.

Consejos para controlar el pensamiento rumiante

1. Hacer dos o tres respiraciones profundas.

2. Puede cerrar los ojos, pero no es estrictamente necesario.

3. Concentre su atención en la respiración. Aparecerán pensamientos y emociones. Déjelos pasar. Imagine que coge ese pensamiento y lo traslada fuera de su cuerpo. Hay quien prefiere contar del cien al cero para alejar los pensamientos invasivos.

4. Cuando se sienta centrado, dirija la atención a las imágenes externas e internas que ve. Contémplelas sin más.

5. Luego haga lo mismo con los sonidos.

6. Después repita el esquema con las sensaciones corporales.

7. Finalmente, centre la atención sólo en su cuerpo y su respiración.

8. Procure estar en silencio el máximo de tiempo posible.

elpais.com

martes, 23 de febrero de 2010

Riesgos de creerse adulto antes de tiempo


Intolerancia al fracaso, fobia al aprendizaje e impulsividad son algunos de los signos que delatan este proceso inconsciente


Un proceso inconsciente en la relación entre padres e hijos y que recién comienza a comprenderse explicaría por qué 8 de cada 10 adolescentes y jóvenes se mimetizan tanto con los padres que hasta pueden sentir la necesidad de probar la adrenalina de la velocidad, el alcohol y las reacciones violentas para sobrellevar esa pseudoadultez imaginaria.
Así lo demuestra un estudio realizado en más de 700 argentinos y uruguayos de entre 17 y 27 años. A la mayoría, ese proceso de adultización imaginaria los hace sentirse con 5, 20 y hasta 40 años por encima de su edad real. Eso los lleva a experimentar una autosuficiencia y una autoexigencia hasta el punto de no poder tolerar un fracaso, sentir fobia al aprendizaje y copiar de su entorno las emociones, la impulsividad y la violencia, sin los "filtros" de la madurez.
"La simetría entre padres e hijos es un efecto indeseado, involuntario e inconsciente del modelo de crianza más cercano y demostrativo. Además, desde siempre, los hijos copian a los padres desde que son muy chiquitos", precisó la licenciada Claudia Messing, que dirigió el estudio.
A la vez, ese nuevo modelo establece vínculos más simétricos, en lugar de las antiguas jerarquías familiares. "Los de 40 ya son simétricos con sus padres y, a la vez, lo transmitieron a sus hijos. Los más chiquitos son hoy los más simétricos con los adultos, aunque carecen de la flexibilidad emocional necesaria para lidiar con esa pseudoadultez. Son sabios por un lado, pero inmaduros por el otro", agregó Messing, que dirige la Escuela de Posgrado en Orientación Vocacional y Vincular-Familiar.
"Un nene de 2 años que habla como un adulto puede parecer muy gracioso, cuando es un signo que los padres deben observar."
Este nuevo modelo de crianza, en el que los adultos interactúan de igual a igual con chicos, adolescentes y jóvenes con mayor capacidad intelectual de captar información que generaciones anteriores, tiene efectos no tan positivos.
"Es necesario empezar a afrontar las consecuencias negativas de la simetría, por la que los hijos se contagian de los estados emocionales de los padres y se mimetizan con sus historias." Para eso, aconsejó no sólo empezar a poner límites con firmeza, sino también "generar una comunicación respetuosa y, cuando un hijo desee escuchar una explicación, estará en la habilidad de los padres la posibilidad de recuperar la confianza en su autoridad".
Para poner a prueba la transmisión y los efectos de la simetría entre padres e hijos, 764 adolescentes y jóvenes accedieron a responder un cuestionario con 23 preguntas y a dibujar un árbol (ver ilustración). Sorprendió a los investigadores, ver cómo las respuestas al cuestionario aparecían resumidas en cada árbol dibujado.
En el libro que reúne toda la investigación e incluye una reproducción de cada dibujo llama la atención una característica: casi todos los árboles aparecen en la parte superior de la hoja, lo que demuestra que "él o ella es su propia autoridad" y que está "en paridad con el adulto". El medio de la hoja, en cambio, representa la realidad y, la parte inferior, el apoyo, la reflexión de lo que uno hace y la introspección, "que la mayoría de los participantes mostró como algo que está vedado", aclaró la autora.
El 80% de los árboles tienen aspectos envejecidos y con muchas marcas. De hecho, un participante de 18 años describió así un árbol sin apoyo, grande y con una copa que desborda la hoja en el margen superior: "Tiene 900 años, es seco, vivo y ramificado".
Además, el 94% reconoció tener alguno de los síntomas de la simetría: la hiperexigencia; la desmotivación y el desinterés cuando no les salen algo; la desconexión emocional con los padres para poder tolerar el vínculo y la cercanía, consigo mismo y el entorno, lo que explicaría por qué les cuesta reconocer las preferencias vocacionales; la falta de incorporación de las jerarquías, no sólo con los padres, sino también al sintetizar un texto en el colegio; el contagio emocional de sus padres, sus compañeros de aula y hasta de lo que ven en los videojuegos, YouTube o la televisión.
"Es importante que los padres aprendan a no contagiarse de la emoción de sus hijos (durante una conversación o confrontación) para poder manejar la comunicación. Cuando los hijos tienen pocos límites, son más porosos a los estímulos externos."
El 77% de los participantes dijo que tenía un vínculo simétrico con sus padres. Eso incluía ser hipercríticos con ellos, llamarlos por los nombres o sentir que los adultos los criticaban cuando les daban un consejo. "La mitad era hipercrítico de como se visten, hablan o hacen las cosas sus padres. En ese caso, lo mejor es no ponerse en una posición de igual a igual con los hijos y preguntarles por qué ellos creen que tienen razón."
Es que aun cuando los hijos confrontan, siguen copiando a sus adultos. "Cuando los padres demuestren que sienten lo que dicen, despertarán la atención de los hijos." Otro recurso es la inversión de roles: que los hijos sientan lo que provocan.
"Son todas herramientas nuevas de comunicación, que los jóvenes también tienen que desarrollar; tienen que desarrollar la forma de llegar a sus padres, sin caprichos ni imposiciones", finalizó.

Fabiola Czubaj
LA NACION

domingo, 21 de febrero de 2010

El uso del teléfono celular ayuda a las actividades sociales "cara a cara"


El uso de la comunicación por teléfono celular de hecho fortalece los vínculos y sustenta el contacto cara a cara con amistades y familiares, según una nueva investigación.

Además, la investigación indica que esa comunicación puede ayudar a que algunas personas se vinculen más allá de sus redes sociales, con una relación mejor en clubes y organizaciones comunitarias.

Un nuevo estudio de la Universidad de Michigan contrarresta las preocupaciones de que los teléfonos celulares estén reemplazando el contacto social y personal cara a cara, con un detrimento de la participación cívica y comunitaria.

La investigación sugiere que los teléfonos celulares ayudan a que algunas personas se vinculen socialmente más con organizaciones comunitarias.

"Las llamadas de voz y texto complementan las interacciones personales y ayudan a ocupar los vacíos entre los encuentros personales, de manera que el usuario de teléfono celular se mantiene al tanto de lo que ocurre", dijo Scott Campbell, profesor asistente de estudios de la comunicación y autor principal de esta investigación.

Campbell, quien realizó el estudio con el profesor asociado de estudios de la comunicación Nojin Kwak, analizó cómo los patrones de uso de teléfono celular en llamadas locales y distantes se relacionan con la vinculación cara a cara con otras personas y los aspectos de sus comunidades.

Los resultados

Los resultados del estudio se sustentan en las respuestas de 587 adultos que tenían teléfonos celulares personales u otros aparatos inalámbricos para la interacción con otras personas. Se les preguntó a los participantes acerca de su vinculación con grupos, el tiempo pasado con o cerca de otras personas en un contexto social, los hábitos de uso del celular, y la distancia de sus contactos.

De acuerdo con los resultados del estudio, muchos usuarios de teléfono celular quieren mantenerse en contacto y coordinan sus planes de actividades sobre la marcha con las actividades organizadas. Para este tipo de vinculación la llamada de voz se destaca como particularmente útil.

Según los autores "las formas de relación social más organizada a menudo involucran una gama más amplia de interacción, dentro de la cual los individuos están conectados a organizaciones, personas conocidas en esas organizaciones y quizá aún con extraños no quienes no tienen un contacto regular".

Campbell dijo que se necesitan estudios de seguimiento para determinar los resultados para los usuarios de teléfonos celulares de otros países y entre individuos menores de 18 años de edad "que, a su manera, han sido pioneros en las prácticas de la comunicación móvil".

Este estudio se publica en la edición de este mes de New Media and Society.

Más información en www.neomundo.com.ar

Enamorarse beneficia al organismo e incrementa la salud


México, 13 Feb. (Notimex).- Enamorarse beneficia al organismo e incrementa la salud; cualquiera que haya pasado por esto sabe que, a fin de cuentas, es muy motivante estar enamorado, señaló Ignacio Camacho-Arroyo, de la Facultad de Química de la UNAM.

Este estrés, cuando es moderado, mantiene al sujeto optimista, alerta e incluso lo predispone a realizar más actividades, explicó, sin embargo, si es extremo, 'como pasa cuando las relaciones son tormentosas, es una amenaza para la salud física y mental'.

Camacho-Arroyo explicó que el amor es un fenómeno neurobiológico complejo e integral que involucra diferentes partes del cerebro.

Además de que repercute en el organismo y proporciona una gama de sensaciones que van desde placer y gozo, hasta melancolía, obsesión y depresión.

No es raro que los adolescentes, al sentir los primeros cosquilleos del amor, se muestren más inquietos, frustrados y distraídos, y tampoco es inusual que los padres, al observar tal comportamiento, se limiten a decir: 'es que ya se le alborotó la hormona'.

Dado que el amor es un asunto complicado, resulta difícil atribuirle a una sola hormona todo este abanico de sensaciones; sin embargo, sabemos que dos de ellas están íntimamente ligadas a estos furores: la oxitocina y la vasopresina', puntualizó.

yahoo.com

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